En la península de Santa Elena, los habitantes tienen muchas creencias, sobre todo cuando se trata de curar ciertos males que se padecen.

En el caso de los recién nacidos, hay muchos denominados ‘secretos’ que se utilizan y se combinan con la madre naturaleza.

Gloria Ricardo, del cantón Santa Elena, le tiene mucha fe a estas prácticas.

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Ella está sumamente preocupada porque su hijo de tres meses de edad tiene el ombligo un poco brotado.

Su mamá Karen Tomalá le dijo que eso era peligroso, pues esto podría tener como consecuencia que al bebé se le forme una hernia. Esto aumentó los nervios de Ricardo, quien no dudó en hacerle la llamada ‘cura del árbol’.

Esta consiste en colocar uno de los pies de la criatura en el tronco del árbol de ciruelas y luego dibujar su forma ya sea con un lápiz, un marcador o un cuchillo, aunque lo último es un poco riesgoso, porque el pie del bebé puede sufrir alguna cortadura.

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Una vez que queda plasmado en el tronco el pie dibujado, se procede a cortar lo que comúnmente se llama la ‘concha’ o corteza del árbol hasta que se forme un hueco.

“Esta práctica se la debe realizar solo una vez”, indicó Tomalá, quien aprendió sobre esto por su mamá Lidia, quien falleció a los 80 años.

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Una vez que se formó el espacio en la corteza del árbol se coloca nuevamente el pie del bebé.

Muchos que probaron la efectividad de esta práctica no entienden cómo se da esta situación. Se estima que después de 30 días a la criatura le queda normal el ombligo y ya no tiene que preocuparse de que algo malo le vaya a pasar.

Tomalá relató que esto solamente se hace en el árbol de ciruela, en los otros arbustos no hace efecto, pues ya lo habrían comprobado.

Es recomendable que el consejo se lo practique a plena luz del día. (I)

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