Un día, Kenton Lee caminaba hacia una iglesia de Nairobi (Kenya) y notó que una pequeña niña que iba a su lado llevaba unos zapatos muy pequeños para sus pies.

Kenton, que en ese momento vivía y trabajaba en ese lugar, conocía que las personas del sector eran muy pobres y no podían comprar o conseguir zapatos a la misma velocidad que crecen los niños. ¿Por qué no existen zapatos que puedan crecer con ellos?, terminó preguntándose.

Entonces nació la idea, en el año 2007:  The shoe that grows (Un zapato que crece). Sin embargo, fue en el 2009 cuando se creó la organización Because International, para llevar a cabo ésta y otras iniciativas donde promueven la compasión.

Publicidad

Next Order of The Shoe from Because International on Vimeo.

'El zapato que crece' se confecciona en dos tallas: pequeño, para niños de 5 a 9 años; y grande, para niños de 10 a 14 años, aproximadamente. No solo brinda calzado a los niños, también les brinda salud, es la promesa de esta iniciativa.

Más de dos mil millones de personas en el mundo aún sufren de parásitos, y otras enfermedades que podrían ser evitadas tan solo con mejoras sanitarias, detalla el sitio web del proyecto. Hay alrededor de 300 millones de niños que no tienen zapatos, que no pueden comprarlos, y que cuando reciben alguno les dura muy poco porque ellos crecen.

Publicidad

Los creadores de este proyecto están convencidos de que con sólo proteger los pies de manera adecuada se pueden prevenir diferentes enfermedades, y piden el apoyo de la comunidad.

¿Cómo ayudar?

Publicidad

'El zapato que crece' invita a donar, a comprar, o a comprar para donar. Cualquier persona, desde cualquier lugar del mundo, puede comprar un par de zapatos por $30, o cinco por $25 cada uno, entre otros descuentos, hasta cien pares por $12 cada uno.

Además, existe la modalidad 'Llena un bolso'. Consiste en donar dinero para completar un bolso con 50 pares de zapatos. La organización se encarga del transporte, y aseguran que pueden comprimir el calzado en una maleta que pese menos de 50 libras y enviarlo a cualquier país del mundo. Existe una maleta cuyo destino a Ecuador.

Ellos concluyen: "Un zapato que dura cinco años y crece cinco tamaños. Con este zapato, un niño siempre puede tener un par de zapatos que le queden. Pueden mantenerse saludable y feliz - listo para dar el siguiente paso para su futuro".(I)