Armenia conmemoró ayer el centenario del genocidio cometido contra su pueblo por el Imperio Otomano apoyada por Rusia, Francia y Alemania, mientras Turquía se limitó a expresar sus condolencias.

El 24 de abril de 1915 comenzó “uno de los crímenes más graves del siglo XX”, en el que “en torno a millón y medio de seres humanos fueron exterminados solo por ser armenios”, denunció el presidente armenio, Serge Sargsián.

Descendientes de las víctimas del genocidio, acompañados por los presidentes de Rusia, Vladimir Putin, y de Francia, François Hollande, se congregaron en la colina Tsitsernakaberd, en las afueras de Ereván, para rendir tributo a sus antepasados.

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Esa ceremonia oficial dio paso a una peregrinación de miles de armenios que subieron a pie la colina para depositar flores ante la llama eterna, que mantiene vivo el recuerdo de los mártires del genocidio, que fueron canonizados el jueves por la Iglesia Apostólica Armenia.

Hollande, cuyo país acoge también una importante e influyente comunidad armenia, no dudó en aprovechar la ocasión para pedirle a Turquía que reconozca el genocidio cometido durante la Primera Guerra Mundial (1914-1918), en la que los turcos se aliaron con Alemania y Austria-Hungría.

Turquía conmemoró el centenario del genocidio y su presidente, el islamista Recep Tayyip Erdogan, expresó sus condolencias a “los hijos y nietos” de los armenios masacrados bajo el Imperio Otomano. (I)