Al Pacino, 75 años y con muchos planes

Pocos en Hollywood envejecen tan bien como Al Pacino, un mito del cine que cumple hoy 75 años en plena racha creativa y sin intención de parar una carrera que no olvida el lugar donde todo empezó: el teatro.

“Mientras mantenga la pasión, quiero seguir. La interpretación se convierte en algo natural cuando llevas haciéndolo tanto tiempo como yo, y es casi inimaginable pensar en dejarlo”, dijo recientemente el actor al diario británico The Mirror.

“Soy consciente de que me hago viejo”, apuntó, “pero aún puedo hacer esto”, dijo.

En el último año y medio ha estrenado tres películas (The Humbling, Manglehorn y Danny Collins) que, aun lejos de ser éxitos comerciales, le han deparado algunas de las mejores críticas en los últimos 15 años.

Además prepara Beyond Deceit, con Anthony Hopkins, y The Trap, con James Franco y Benicio del Toro.

Pero, posiblemente, el proyecto que le atrae es la obra teatral China Doll, con la que volverá a Broadway a finales de año de la mano de David Mamet, con quien trabajó en las representaciones de American Buffalo (1983) y Glengarry Glen Ross (2012). “Se puede decir que casi nací en el teatro”, afirmaba Pacino en noviembre durante un acto en Los Ángeles.

Reconoció en una entrevista para ABC que existen razones prácticas para seguir con su pasión por interpretar: “Tengo hijos pequeños a los que hay que dar de comer”, dijo. Sus gemelos Anton y Olivia, fruto de su relación con la actriz Beverly D’Angelo, tienen 14 años. Su hija Julie (25 años) se está labrando una carrera como productora.

El ganador del Óscar por Scent of a Woman (1992), no obstante, tardó en hallar su hueco en el Hollywood del nuevo siglo. Tras encarnar por primera vez a Michael Corleone, por la que recibió en 1972 la primera de ocho nominaciones a los Óscar, Hollywood se desvivía por ver a Pacino ya fuese como mafioso, policía o delincuente.

Otras películas tan famosas como Pretty Woman o Star Wars pudieron llevar su impronta, pero Al Pacino rechazó los papeles que finalmente fueron a parar a Richard Gere y Mark Hammill, respectivamente. (E)