No hace falta golpearse la cabeza para padecer un insidioso sangrado entre la cubierta suave de su cerebro y el órgano en sí que en días, semanas o meses puede amenazar su salud.

Esta condición, conocida como hematoma subdural crónico (HSD), se está volviendo cada vez más común a medida que la población envejece, impulsando a una neurocirujana del Centro Médico Langone de la Universidad de Nueva York, Uzma Samadani, a exhortar a sus colegas a prepararse para un número creciente de casos con probabilidades de requerir intervención neurológica.

Por ejemplo, se espera que para el 2030, un cuarto de la población estadounidense tenga más de 65 años y se prevé que esta dolencia afecte a 60.000 de este grupo al año, lo cual lo volvería la razón más común para cirugía cerebral, superando a los tumores y metástasis.

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Los traumatismos a la cabeza por una caída u otro accidente siguen siendo una importante causa del desorden, aunque en un tercio de los casos, los pacientes no pueden recordar una lesión que pudiera explicarlo. En muchos casos, si lo hubo, el incidente fue tan trivial que se olvidó, como golpearse la cabeza al bajar de un auto. Es más común el traumatismo indirecto que sacude al cerebro. Alrededor de la mitad de los pacientes que se han caído lo hicieron sin golpearse la cabeza.

La incidencia del HSD crónico ha estado subiendo de manera constante desde 1967, especialmente en mayores de 80 años. Típicamente son hombres con una tasa mayor de factores de riesgo adicional, incluyendo beber copiosamente o antecedentes de una lesión cerebral, destacó Samadani.

El consumo de alcohol en exceso causa daño al hígado, lo cual puede alterar las funciones de coagulación de la sangre, explicó. De la misma forma, las probabilidades de presentar un HSD crónico son mayores entre quienes toman medicación anticoagulante.

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La obesidad también puede ser un factor que contribuye, al incrementar niveles de estrógeno en el organismo. Sin embargo, la edad más avanzada sigue siendo el principal factor que predispone.

A medida que la gente envejece, el cerebro se encoge, creando un espacio en el que se puede acumular fluido. Las venas que drenan el órgano deben atravesar este segmento, e incluso el sacudón más ligero puede causar que presenten fugas, dejando sangre atrapada contra el cerebro. Estas “venas puente” se vuelven más frágiles y susceptibles a desgarres.

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Se ha descrito al HSD crónico como “el gran imitador neurológico” porque a menudo presenta una confusa diversidad de síntomas posibles que pueden parecer un desorden psiquiátrico, demencia, migraña, epilepsia, mal de Parkinson, embolia, entre otros males. (I)

Detalles
DE LA ENFERMEDAD.

Tratamiento
No siempre es necesario, aunque los pacientes con un hematoma estable deben ser vigilados.

Prevención
El riesgo puede reducirse evitando el abuso del alcohol, las caídas y manteniendo un peso corporal normal.

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