El camino que recorrió Juan Manuel Cotelo lo llevó de periodista a director de cine. El español trata de transmitir su idea del valor de Dios en las vidas de las personas, pero desde una óptica cotidiana, hecha para no creyentes y no para teólogos.

Una muestra de ello es su última producción, Tierra de María, un filme que combina el género documental con escenas de ficción. Ha estado en cartelera en cines de 23 países hasta la semana anterior y aún tiene estrenos pendientes.

Cotelo visitó Ecuador esta semana. En su estadía, participó en una convención de las personas que vienen colaborando con su productora Infinito+1, en la coordinación, gestión y distribución de trabajos audiovisuales.

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Al encuentro llegaron alrededor de 30 personas de 15 países para hablar de proyectos futuros y cómo se puede organizar este grupo, que ha surgido de manera espontánea. Él los llama ‘locomotoras’, pues son como motores de locura.

“La gran mayoría no tiene ninguna relación con el cine. Sin embargo, han sido los que han gestionado y promovido la distribución de nuestros trabajas en 23 países”, comenta Cotelo, quien agrega que no hay que hacer películas de la fe para gente que es doctora en teología, sino para quien no sabe santiguarse.

“Para mí la clave es huir de los adornos artificiales (...). Contemos la realidad de la fe, sin adornos, centrémonos en la belleza de las cosas, seguro hay gente buena en todas partes”, acota el cineasta.

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Actualmente Cotelo se encuentra trabajando en ocho proyectos: dos largometrajes de ficción, dos documentales, dos programas para televisión y tres plataformas on-line (para niños, de eucaristía y otra para adultos), para ayudar a guiar a muchas personas.

De ellos, el más inmediato es un documental sobre el camino de Santiago. Además, está terminando el guion y la búsqueda de financiamiento para una cinta de ficción basada en un hecho de la vida real.

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“Cuenta la historia de un matrimonio que salió de Miami en velero para dar la vuelta al mundo. Pasaron por el canal y mientras se dirigían hacia Japón unas ballenas hundieron el barco a 1.200 millas de la costa y quedaron en una balsa durante 66 días (...) Es la historia de cómo estas personas no creyentes ni practicantes se encontraron con Dios en mitad del océano Pacífico”, indica Cotelo, quien planea que esta cinta llegue a los cines en 2018. (E)