El radiodifusor Alberto Enrique Vega Ruilova, considerado una de las voces más emblemáticas de la prensa hablada del país, falleció el miércoles pasado, a los 96 años, en su tierra natal Guayaquil.

Vega Ruilova, nacido en 1919, se inició en la emisora Ondas del Pacífico en marzo de 1936; dos años después el profesor José Joaquín Pino de Ycaza lo convirtió en locutor de noticias internacionales. Más tarde, radio El Telégrafo lo llamó a colaborar en similar función ante la inminente declaración de la Segunda Guerra Mundial.

Uno de sus guías artísticos fue el actor Paco Villar, en el espacio El teatro en su casa, que se transmitió desde 1939.

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Dueño ya de una creciente y triunfal trayectoria, en 1941 logró el premio del certamen nacional de la radio revista cultural Vida porteña, para escribir y realizar un programa radiofónico de 60 minutos.

En 1950 estableció la popular radionovela Camay, por radio América, que ayudó a consolidar su prestigio de locutor y actor. Con él alternaron prestigiosas figuras como Delia Garcés, Pilar Guevara, Luis Patiño, Carlos Cortez o Antonio Hanna.

Hizo época en radio Atalaya, pues acompañó a la caracterizada voz de Ecuador Martínez Collazo en las narraciones de espectáculos deportivos.

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Durante los últimos años se lo escuchó en las emisoras Caravana y Tropicana, con locuciones de publicidad y comentarios políticos y sociales.

Entre sus reconocimientos constan el Micrófono de Oro por la Asociación Ecuatoriana de Radiodifusión y la Pluma de Oro de la Unión Nacional de Periodistas. Su cadáver fue cremado ayer, luego del homenaje que le tributaron sus colegas, amigos y familiares. (I)