Seis comunidades indígenas achuares, que habitan entre la selva de las provincias de Pastaza y Morona Santiago, asumieron el domingo pasado la administración de Kapawi Ecolodge & Reserve, un proyecto ecoturístico que se concretó en 1992, impulsado por Carlos Pérez Perasso, exdirector de Diario EL UNIVERSO.

Kapawi Ecolodge & Reserve está ubicado en el lado norte de la cuenca del río Pastaza. Ocupa cerca de diez hectáreas, de un total de 700.000 ha, en la que habitan 7.000 indígenas achuares.

“(Ellos) tendrán su propia empresa para impulsar un desarrollo sostenible frente a la extracción de recursos no renovables”, dijo Andrés Ordóñez, gerente saliente del ecolodge.

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La aventura comienza en un viaje por tierra hasta la población de Shell, en Pastaza. Se va en avioneta, por una hora, hasta llegar a la pista de Sharamentsa, en donde un bote con un guía achuar espera a los turistas. De ahí el viaje de una hora más es por el río, hasta el hotel.

La idea de este proyecto de turismo sustentable surgió en 1992 por Pérez Perasso, quien falleció en el 2002, y quien logró concretar –luego de un año de diálogos– una alianza con Luis Vargas, exdirigente de la extinta organización Achuar del Ecuador (Oinaie). Así se dio vida a esta empresa. El objetivo era preservar la riqueza ambiental y social.

En 1993 se firmó el convenio de arrendamiento de los terrenos a Kapawi, y empezó la construcción del hotel con materiales propios de la zona. El lugar cuenta con 20 cabañas para el descanso de los turistas. Hay otras 6 que son para servicio. Se adecuaron además áreas sociales como bar, comedor, biblioteca y cocina.

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Para evitar la contaminación, la basura se la lleva a Puyo para su tratamiento. También se implementaron paneles solares, para calentar el agua para el uso de los turistas, y generadores eléctricos.

Desde 1996, la administración estaba a cargo de la operadora turística Canodros. Pero luego de 19 años, el mando total pasó el domingo anterior a las comunidades achuares.

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Según Ordóñez, las cifras de los últimos cuatro años revelan que se generó alrededor de $ 85.000 para las comunidades del lugar. Esto, a través de la compra de productos y en la contratación de personal nativo de la zona.

Además, cada seis meses se daban utilidades a las seis poblaciones aledañas, que eran destinadas a salud y educación.

Pascual Saan, presidente del directorio del Complejo Ecoturístico Kapawi S.A. (Ceksa) contó que durante el tiempo de espera, los jóvenes amazónicos lograron prepararse profesionalmente para asumir la administración total y generar trabajo.

Puso como ejemplo el trasladado de los turistas del hotel a las comunidades para que los visitantes conozcan la cultura achuar. Esto como parte del paquete turístico. En ese espacio, las mujeres venden las artesanías hechas con sus manos o el famoso maito.

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Ángel Etssa es el joven achuar que asumió la gerencia total del hotel. Su principal proyecto, dijo, es hacer de Kapawi un lugar genuino. Aspira a aumentar la demanda de turistas. En último año recibieron a 650 visitantes, procedentes en su mayoría de Estados Unidos y Europa.

“Quiero que Kapawi sea cultural, natural. Que cuando llegue el turista se encuentre con la cultura achuar y la conozca”, expresó Etsaa.

Andrés Ordóñez, de Canodros, quien se mantuvo seis años en la gerencia del lugar ubicado en medio de la selva, manifestó que en este nuevo periodo de liderazgo achuar no se debe olvidar a la empresa privada. En los inicios de Kapawi, el canon de arrendamiento que Canodros pagó a la comunidad desde abril de 1996 ascendió a 2.000 dólares.(I)