Mireya Espinales trataba de tejer, el martes último, bajo la sombra de un techo. Ahí buscaba que el sol no dañara la paja toquilla con la que elaboraba un sombrero semifino, por el que aspira a cobrar $ 500.

Los fuertes rayos del sol parece que calcinaran la piel de quienes se atreven en estos días a caminar por las calles lastradas de Pile, la comunidad de Montecristi en la que se trata de preservar la tradición de tejer sombreros finos.

Espinales (un apellido común en esta comunidad de 800 personas) debe tener listo este sombrero en tres meses, pero dice que por las altas temperaturas se demorará un mes más de lo previsto, ya que además de que el sol daña la paja, ella y los otros artesanos no pueden pasar muchas horas tejiendo por la sofocación que produce el intenso calor.

Publicidad

Ella tiene que terminar el sombrero para que se lo puedan comprar o fiar en los locales de artesanías de Montecristi, y así poder sostener económicamente a su familia.

No es la única. Cuadras más abajo de la casa de Mireya está Carmen Espinales, quien desde hace 20 años trabaja en el oficio que le heredaron sus abuelos. Ella cuenta que solo se dedica dos horas diarias a tejer un sombrero grueso, por el sol y por su edad. Cree que a sus 60 años “es muy duro agachar” el pecho sobre los maderos para presionar esta artesanía y darle forma. “El sol puede quebrar las pajas, más cuando ya está a punto de terminárselo”.

Desde hace tres años funciona en esta comunidad la Escuela Taller de Arte y Oficio Pile, que tiene el respaldo del Instituto Nacional de Patrimonio Cultural (INPC) y de la Refinería del Pacífico.

Publicidad

Maribel Pin, directora (e) de este centro, dice que el clima en esta época es perjudicial para quien trata de tejer un sombrero, pues debe limitarse a elaborarlo en las noches o en las madrugadas.

Pero esto no ha quitado la ilusión de los 23 estudiantes de este taller que en mayo próximo se graduarán como artesanos calificados, sobre todo después de que en el 2012 este tejido recibió –por parte de la Unesco– la designación de Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad. (I)