Musa de los diseñadores Hubert de Givenchy, Jacques Fath y Dior, Bettina Graziani, modelo top francesa y estrella de las pasarelas de París en los años 50, falleció el lunes pasado en la capital francesa a los 89 años.

Apodada Bettina por el diseñador francés Jacques Fath, Simone Bodin, nacida en 1925, inspiró no solo a los creadores, sino también a los grandes fotógrafos internacionales, entre otros Henri Cartier-Bresson, Irving Penn, Robert Doisneau, Erwin Blumenfeld y últimamente a Pierre & Gilles y Mario Testino.

De pómulos salientes, ojos impactantes y fina cintura, esta joven pelirroja muy elegante con sus 1,66 m de altura abandonó a los 18 años su Normandía natal para hacer carrera en París. Fue el estilista Jacques Costet quien la contrató por primera vez.

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Su notoriedad se disparó cuando Fath, famoso diseñador de la posguerra, le da trabajo a partir de 1947. Dior la hace desfilar para su “New Look” y la escritora Françoise Sagan le dedicó un recordado artículo en Vogue París, titulado ‘La eminencia pelirroja’.

Conocida en aquella época como “la francesa más fotografiada”, Bettina alcanzó fama en las portadas de las revistas de moda del mundo entero. En 1952 trabajó para Hubert de Givenchy, que acababa de lanzar su casa de alta costura.

En la cúspide de su carrera, a la que puso fin en 1955, era la modelo mejor pagada.

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Valentino y Húngaro le confiaron luego sus relaciones públicas en Estados Unidos en los años 60, y en 1969, Chanel le dedicó una colección. Desde entonces, Bettina siguió siendo una figura de la vida francesa. (I)