La vergüenza y el sentimiento de culpa evitan que hablen, pero cada vez son más los que lo admiten y deciden denunciar.

“Me agredió. Mi hija me puso boca abajo, no podía respirar y le rompió un dedo a su abuela cuando intentó ayudarme”, narra a BBC Mundo Mariángeles, una madre de 42 años que pide reserva de su apellido.

Esto ha hecho que psicólogos y sociólogos concentren su mirada en un fenómeno que no es nuevo, pero ha aumentado su recurrencia en las últimas décadas: la violencia filio-parental.

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Se trata de una forma de violencia intrafamiliar en la que los hijos abusan verbal, emocional, económica y físicamente de sus padres o cuidadores para tener el control.

Según un estudio reciente realizado por la Unión Europea, se estima que en Estados Unidos y España –dos países observados en el informe– un 10 % de las familias sufre esta agresión, que no distingue nivel socioeconómico ni modelo familiar y en la que los principales agresores son los adolescentes varones y las víctimas, en la mayoría de los casos, sus madres.

“Se piensa que ocurre en familias desestructuradas con problemas económicos: no es así. Hay gran variabilidad y muchas tienen posición acomodada”, apunta la psicóloga Esther Roperti, que ya en el 2005 vio cómo en el centro de tratamiento en el que trabajaba en Madrid ingresaban más chicos por maltrato a padres que por actos vandálicos.

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La Fiscalía alerta que, junto con el robo violento, la violencia filio-parental es el delito por el que detienen y adoptan más medidas cautelares contra menores en España. En el 2013 hubo 4.659 denuncias, el 16,6 % de los procedimientos abiertos.

España es, a la vez, referente para América Latina y Europa, que ahora comienza a poner la lupa sobre este problema con “El abuso oculto de los hijos sobre los padres”, primer estudio encargado por los europeos en el 2013, elaborado por la británica Universidad de Brighton.

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El estudio evaluó la efectividad de los modelos para tratar la violencia filio-parental que existe: uno trabaja con grupos paralelos de padres y jóvenes enseñando técnicas para lidiar mejor con las emociones y el otro se enfoca directamente en cómo mejorar la labor de los padres. (E)

10 por ciento de familias en Estados Unidos y España sufre de maltrato de hijos hacia sus padres, según estudio.