La noche del pasado jueves fue muy emotiva para Marigloria Cornejo, hija del fallecido escritor ecuatoriano Justino Cornejo, pues no solo presentó su poemario Ternezas y soledades, sino la obra póstuma en homenaje a su padre, La pluma que no muere de nuestra América literaria.

Este último texto es una recopilación de los documentos dejados por su padre y representa el libro número 20 realizado por Marigloria en honor a su progenitor.

A través de la pluma de Justino Cornejo hay la familiaridad y el conocimiento para manejar la obra de Gabriela Mistral, del poeta (Eduardo López) Bago, (Juan) Montalvo y (José Joaquín de) Olmedo, destacó durante su presentación el editor Xavier Michelena.

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El libro de Justino Cornejo se editó por primera vez en Cuba; la presentación del pasado jueves fue de la segunda edición.

“Los pueblos que menosprecian a sus hombres representativos, que los olvidan, siquiera, son pueblos indignos de respeto y mucho dice de nosotros, los ecuatorianos, el hecho de que el libro haya sido publicado en Cuba, mientras en Ecuador, solo la decisión de su hija ha conseguido seguir editando tomos de la obra de su padre”, reprochó Michelena.

Cornejo fundó la cátedra de Lengua Española y Literatura de la Universidad de Guayaquil y la mantuvo por 22 años porque seguramente estaba convencido de que “solo lo difícil es estimulante”, continuó el editor que destacó al fallecido escritor como uno de los pocos profesionales que hizo investigación profunda.

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“Los más de 50 libros publicados, los miles de artículos escritos y sus investigaciones lexicográficas y folclóricas dan testimonio de su temple para superar las indiferencias”, enfatizó Michelena.

Para Raúl Pérez Torres, presidente de la Casa de la Cultura Ecuatoriana, Justino fue una persona que dominó muchas ciencias, la lingüística, fue educador, costumbrista y más, tanto que su hija ahora recorre con mucho agrado parte de ese camino haciendo poesía. (F)