Niños y adultos vestidos con trajes multicolores; chigualos, villancicos y música; y la atrapada y castigo del diablo son parte de la Bajada de Reyes que se hace en el cantón Santa Ana, Manabí, desde hace más de 100 años, afirman sus habitantes.

Se desconoce el origen de esta fiesta. Luis Prado, del Municipio, dice que fue declarada Patrimonio Cultural de Santa Ana, pero ahora buscan que sea Patrimonio del país.

En esta celebración, unas 40 parejas se visten de Reyes Magos, de María y José, de los viejos cañutos y uno, de diablo.

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Richard Cedeño, defensor de este festejo que arranca los 25 de diciembre, cuenta que los viejos cañutos son personajes que custodian el ritual de bendecir a las imágenes de Jesús, que están en 23 pesebres, en diferentes sectores de Santa Ana. En cada uno, los Reyes Magos bendicen y sahuman la imagen del hijo de Dios, mientras los cañutos impiden que el diablo se acerque y se robe al Niño.

Tras la ceremonia, en los barrios se reparten dulces, manjares, suspiros, huevos mollos y bebidas no alcohólicas. Ya cerca de la medianoche, los Reyes piden todos una reverencia para Jesús, e invitan a bajarse las máscaras para que antes de que culmine el 6 de enero se vuelva a la hermandad. (F)

(Fotos: Neptalí Palma, EL UNIVERSO)