Es un espacio tranquilo en el que los lectores tienen cientos de títulos a su disposición. Hay libros de los chilenos Roberto Bolaño y Roberto Ampuero, de los argentinos Jorge Luis Borges, Julio Cortázar o del peruano Mario Vargas Llosa. Pero también los hay de ecuatorianos como Gabriela Alemán, Juana Neira y Huilo Ruales.

Se trata de BiblioRecreo, un bus rescatado de la chatarrización que se convirtió en un espacio para la lectura. En convenio con la Casa de la Cultura Ecuatoriana, el centro comercial El Recreo rehabilitó el vehículo y en su interior los asientos fueron reemplazados por estanterías. Existe una sala de lectura con capacidad para 40 niños. El principal servicio es el préstamo de textos que uno puede llevarse a partir de una suscripción anual de $ 5.

La respuesta de los vecinos del sur mostró la avidez por leer. Desde hace más de un año que lleva el proyecto, hay 1.100 suscritos, 5.000 libros en exhibición y unos 10.000 en bodega. En este tiempo se prestaron 8.000 ejemplares y existe un mínimo porcentaje que no devuelve los textos.

Publicidad

En su mayoría son jóvenes, entre 13 y 25 años, los que buscan una obra en BiblioRecreo, señala Adriano Valarezo, coordinador del proyecto y quien como parte de su trabajo recomienda libros. Una de las asiduas lectoras, Vanesa Miranda, que vive al sur de Quito, acude cada quince días por un título.

En este espacio hay ejemplares para los más chicos. Y se cuenta con cerca de 50 libros de Braille, que son de poesía universal, literatura infantil y literatura ecuatoriana. También hay textos en ruso, portugués, italiano, inglés y alemán.

Para llevarse la obra, los usuarios deben cumplir con tres requisitos: copia de cédula, planilla de agua o luz y llenar una solicitud. En una segunda fase de BiblioRecreo, este se integrará al centro comercial. Se ampliarán títulos, porque habrá de esoterismo, fotografía, filosofía y arquitectura. El proyecto recibe donaciones de textos en buen estado. (F)