Diez años después del tsunami que devastó las costas del Océano Índico, el peor desastre natural que se recuerda en Asia, los países de la región están mejor preparados para hacer frente a las tragedias, indicó este lunes la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO).

Una década más tarde, mientras el mundo recuerda la terrible pérdida de vidas, la FAO examinó "las lecciones aprendidas" a nivel de daños agrícolas, seguridad alimentaria y nutrición provocados por este tipo de eventos naturales y climáticos.

"Lo que nosotros y nuestros países miembros hemos aprendido y lo que vemos realizado es impresionante, pero todavía hay mucho que se puede y se debe hacer para prevenir y mitigar los desastres", afirmó Hiroyuki Konuma, director general adjunto de la FAO y representante regional para Asia y el Pacífico.

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Según la FAO, entre 2001 y 2010, el costo de los desastres para la región Asia y el Pacífico tuvo un promedio de 34.000 millones de dólares al año.

Un taller sobre el tema estableció que se debe dar prioridad al desglose de datos sobre los sectores y medios de vida afectados y "considerar otras amenazas como la degradación de los ecosistemas marinos y del medio ambiente".

El grupo de expertos concluyó que "los efectos del rápido crecimiento demográfico y la urbanización, junto con una base de recursos naturales erosionada y el cambio climático, implican que los eventos provocados por el clima plantean el mayor riesgo para la región".

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Para la agencia de Naciones Unidas, cuya sede central se encuentra en Roma, "se requiere transferir el conocimiento y la tecnología sobre la reducción del riesgo a nivel local para empoderar a las personas más vulnerables y en mayor riesgo", reconoce la entidad.