La identidad de un pueblo se refleja a través de sus tradiciones y costumbres. Así quedó demostrado el pasado jueves en la Primera Feria Gastronómica Navideña y Cultural, que se desarrolló en la Plaza Central de esta urbe. Participaron cerca de 80 comerciantes.

Entre los platos tradicionales destacaron el morocho, el cuy asado, las empanadas de queso, los champús (bebida de maíz y mote), el pan de cuajada, los tamales (preparados de maíz envueltos en hojas de achira) y los choclos con habas, provenientes de diferentes barrios y parroquias de Tulcán. Los lugareños y turistas se deleitaron con estas comidas.

En la cita también hubo espacio para el arte de los carchenses. Ahí estuvieron las pinturas del maestro Libardo Tello, de la parroquia El Carmelo, así como las figuras talladas en piedra de José Cuayal, del barrio San Miguel de Tulcán. Ambas muestras rescataron la identidad local.

Publicidad

Quienes prepararon los platillos de la feria indicaron que lo hicieron con las mejores recetas, heredadas, en su mayoría, de sus padres y abuelos. Estas, contaron, son guardadas con especial cuidado para que no se pierdan los secretos de cocina, que dan el “toque especial” y con los que han podido mantener económicamente a sus hogares.

“Los caldos de pata y de borrego son una tradición. Vendo en el mercado Sepia desde hace 43 años. Me levanto a las 05:00, cocinamos en olla de presión”, expuso María López, una de las participantes de la actividad, organizada por la unidad de Turismo de la Alcaldía.(F)