Aparecieron primero en miniaturas en mercados artesanales. Ahí estaban José, María, el Niño Jesús y los pastores con sus vestimentas andinas, afros, campesinas y amazónicas. Luego, los aficionados por los pesebres replicaron en tamaños más grandes para tenerlos en sus hogares, organizaciones o para exponerlos en concursos.

Ahora, colectivos, entidades o instituciones los hacen para resaltar las características de sus costumbres, raíces y cultura.

Son pesebres que tienen elementos o rasgos de sus entornos. Sus creadores dicen que buscan rescatar lo propio. Para ello, acotan, utilizan materiales distintos a los tradicionales, y amigables con el ambiente, o insertan objetos o escenas de su realidad. Este Diario presenta desde hoy algunos nacimientos con estas particularidades.

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En Babahoyo, por ejemplo, al pesebre tradicional que está en el parque 24 de Mayo le pusieron granos que identifican a esta urbe, como maíz, arroz, trigo y cebada. Adicional a eso, la superficie del nacimiento tiene rocas, paja, palmeras, arena, vasijas, frutas artificiales y animales como gallos y gallinas criollas, así como polluelos.

En Ambato, en la Unidad Educativa Rodríguez Albornoz, en el barrio San Antonio, el pesebre se hace con materiales reciclados. Así le dieron vida a tres regiones del país (Sierra, Costa y Oriente), que sirven de ambiente para el nacimiento.

En Santa Elena, en la Prefectura, hay un pesebre elaborado en fibra de abacá y zapán, cuyas figuras tienen 1 m con 40 cm de alto. Las hizo un artesano de la comuna Libertador Bolívar.

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El historiador Ángel Emilio Hidalgo dice que la costumbre de los pesebres la heredamos de los españoles, pero que con el tiempo las culturas autóctonas ecuatorianas han ido adaptando las representaciones tradicionales a sus realidades.

Su colega Rodolfo Pérez Pimentel dice que lo más conocido en el país son las figuras de los pesebres hechas con barro, que se observan más en la serranía. En cambio, en la Costa, agrega, recientemente se ven piezas bíblicas elaboradas con materiales como madera de muyuyo, zapán o granos. (F)