Al momento de buscar un restaurante para ir a comer siempre se piensa en un sitio donde los platos sean deliciosos y signifiquen una experiencia para el paladar. Eso lo logra Tiestos, en Cuenca.

Este local, propiedad del chef Juan Carlos Solano, abrió sus puertas hace cinco años con el objetivo de romper esquemas tanto en la cocina como en el servicio.

“Cuando vienes al restaurante, vienes con hambre, pero nuestro servicio no es satisfacer el instinto primitivo de saciar el apetito, sino una cuestión de esnobismo”, comenta Solano, quien por ello piensa que se debe crear un ambiente espectacular alrededor del plato de comida.

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Con este fin, cuando un comensal se sienta es recibido con una bandeja de pan y 10 diferentes ajíes.

Luego –aunque el local tiene su carta–, se suele pedir al cliente que se deje guiar y sorprender con las recomendaciones, entre las que están la sopa de camarones, las berenjenas en salsa de mostaza (una especialidad vegetariana), los langostinos de la casa y filetes de lomo un cuarto.

Todos los platos del menú son preparados y servidos en tiestos de barro, elemento del que proviene el nombre del restaurante.

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El almuerzo o cena, comúnmente finaliza con uno de los postres de la casa, en este caso el tentación, de chocolate con helado de naranjilla, se presenta con un dibujo de chola cuencana hecho con salsas de frutas (un detalle que se repite en todos los postres).

Solano trata de estar cerca de sus clientes, por lo que pasa por cada mesa realizando recomendaciones, bromeando e incluso enseñando cómo se come cada cosa o cómo puede mezclar los ajíes, guarniciones y carnes que están sobre la mesa. En ocasiones, tomando él los cubiertos y dejando listo el tenedor para que el comensal lo introduzca en su boca.

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“Que nos den chance de demostrar qué es Tiestos. Somos un restaurante atípico (...) donde el criterio del que cocina pesa mucho”, apunta Solano.

Tiestos
Este restaurante cuencano, en las calles Juan Jaramillo 4-89 y Mariano Cueva, abre de martes a sábado.