Sergio Cedeño Amador *

La Isla fue una de las haciendas más grandes y famosas de la ‘época de oro’ del cacao en el Ecuador (1870-1920), aunque sus títulos vienen de la época colonial.

Está ubicada en el cantón Baba, en la actual parroquia Isla Bejucal, uno de sus últimos dueños fue Tristán de Avilés y Jiménez, quien fuera encargado de Negocios del Ecuador en Londres.

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La dueña original de este “territorio de cacao” fue María Magdalena de Avilés y Pareja bautizada en Guayaquil, pero natural de Baba, quien fuera dueña además de las haciendas Juana de Oro, El Peludar y Guare, ubicadas en la misma zona de Baba.

María Magdalena testó soltera en Quito en 1851 y la hacienda La Isla pasó a propiedad de su hermano José María de Avilés y Pareja y luego de sus hijos José María de Avilés y Mercedes de Avilés, quien era casada con el español Marqués de Grijalba, doctor Alfonso Ruiz de Grijalba y López Falcón, que administró la hacienda por algunos años y escribía poesías en la casa de hacienda.

Luego su sobrino Tristán de Avilés tomó la dirección del predio y antes de su muerte dividió la hacienda entre sus dos mayordomos más antiguos, y donó a Rodríguez los potreros y a Botto las huertas de cacao.

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En 1982 la bellísima y enorme casa de hacienda con más de 250 años de antigüedad y construida con madera de pino importada de Francia y con 900 metros cuadrados fue comprada en 340.000 sucres por Luis Portaluppi, conocido como Picudo, famoso personaje del campo costeño e insigne conversador de historias montubias que contagiaba con su insuperable y fino humor a quien lo visitaba en esta casa llena de “fantasmas” y leyendas.

Al morir el célebre Picudo en el 2003, una de sus “ahijadas” vendió la casa a un agricultor de la zona, y hoy la casa de La Isla se encuentra en ruinas y ninguna institución quiere hacerse cargo de la restauración de este patrimonio nacional.

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* PRESIDENTE DE LA FUNDACIÓN DE

CULTURA MONTUBIA