Una exposición en Pekín sobre el mundo Maya, inaugurada por los presidentes de China y México (Xi Jinping y Enrique Peña Nieto), muestra los secretos de una civilización que también en Oriente causa auténtica fascinación.

A través de 238 obras, entre las que figuran temibles estatuas de deidades o humorísticas representaciones de animales selváticos, la exposición, que recopila obras de 20 museos de México, intenta dar a conocer qué concepto tenían los mayas de la belleza, cuál era su relación con la naturaleza o cómo imaginaban a sus dioses.

La muestra, que inicia la cooperación del Museo Nacional de China con instituciones mexicanas, lleva por título Mayas: el lenguaje de la belleza y huye de tópicos al enseñar una de las grandes civilizaciones de la antigüedad, a veces menos conocida que sus pares en Egipto, Mesopotamia, India o la misma China.

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La muestra del Museo Nacional de China ha sido organizada por el Consejo Nacional para la Cultura y las Artes mexicano (Conaculta) y por el Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH), que ha querido con ella celebrar sus 75 años de actividades.

Su coordinador nacional de museos y exposiciones, José Enrique Ortiz Lanz, inauguró el viernes la muestra y explicó: “La exposición, en resumen, es una lección de lo humanos que somos en el planeta y lo diferentes que podemos ser”.

El experto señaló, como ejemplo, que tanto chinos como mayas buscaron la belleza con técnicas de deformación corporal que hoy en día nos chocarían.

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La exposición también dedica un amplio espacio a la relación de los mayas con los animales y lo que para ellos simbolizaban, desde los monos (que veían como guardianes de las artes) a las serpientes, que en su forma alada traían la lluvia, los ciervos o el coatí.