Reunirse en familia, ir al cementerio por la noche, hacer oraciones, recordar anécdotas de los seres queridos que reposan en el camposanto, pintar bóvedas, la compra y venta de velas, entre otras actividades, forman parte de las tradiciones que siguen los habitantes de la provincia de Los Ríos por el Día de los Difuntos.

En esta provincia, el preámbulo de la visita al Cementerio General es una reunión familiar en la que se comparte la colada morada y pan.

En cada barrio, como un acto de reconciliación en nombre de los difuntos, Lincon Mesa cuenta que se realiza el intercambio de esta tradicional bebida a base de harina morada.

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Cuando llega el Día de los Finados, al ingreso del camposanto están apostados los guitarristas, quienes están prestos a ofrecer serenatas a los difuntos. Algunos de los visitantes los contratan como una muestra de cariño a los que ya partieron al más allá.

Provincia vecina

En tanto, en Manabí, sus habitantes en general tienen por costumbre asistir al cementerio para realizar sus oraciones ante las tumbas, muchos llegan con anticipación al Día de los Fieles Difuntos.

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Narcisa Zambrano y Adelaida Loor, madre e hija respectivamente, cuentan que cada año en esta fecha acostumbran ir al cementerio por la noche.

“Es mejor, porque en el día es muy difícil y hay mucho sol, llegamos y estamos hasta la medianoche, y siempre contamos algunas anécdotas de ellos (abuelos y hermano)”, refieren las manabitas.

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Estas costumbres y tradiciones se observan más en los pequeños cementerios que están ubicados en las parroquias del cantón Chone, donde se asientan campesinos manabitas que se reúnen a revivir momentos con amistades y familiares que están en los camposantos.