Tienes esa sensación rara. Las cosas no van muy bien en el trabajo. ¿Es por algo que has hecho? ¿Estás a punto de ser despedido? ¿Cometiste un error y todavía no te has dado cuenta?

Muchos trabajadores se preocupan por los errores que cometen y por la seguridad de sus puestos de trabajo. Pero, ¿cuáles son las señales reales de que estás a punto de ser despedido?

¿Qué puedes hacer para que no caiga la guillotina sobre tu cabeza? ¿Hay meteduras de pata demasiado grandes para poder reponerse?

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Esto es lo que dos personas con gran influencia en la red profesional LinkedIn opinan sobre el tema.

Señales difíciles de ignorar

Robin Brodrick, coordinador de operaciones de Recursos Humanos en EMC y "coach" en Talent Counseling, cree que hay algunas señales que delatan claramente si estás a punto de ser despedido.

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"Encuentras la oferta de tu puesto de trabajo en Internet; tu jefe te dice que pongas por escrito el procedimiento para realizar tus tareas; tus tareas diarias son poco a poco reasignadas a otra gente (y te piden que formes a otros para hacerlas, solo "por si acaso"); no te invitan a reuniones a las que solías ir", enumeró Brodrick en un post.

¿Te suenan algunas? No entres en pánico. Hay formas de saber lo que está pasando realmente.

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"Haz que tu jefe reserve tiempo en su agenda para hablar con él o con ella", opinó Brodrick, pero no les adelantes el motivo de la reunión. "No quieres que se pueda preparar para la conversación. De estas forma es más probable que te dé respuestas sinceras". Una vez que consigues la reunión, prepárate para recibir algunas respuestas duras.

Comienza de forma simple: dile que "ves señales que la gente suele asociar con el despido, y que quieres que te clarifique cuál es la situación", dijo Brodrick.

"Permanece callado. Deja que el silencio sea tu arma. Quédate sentado y espera la respuesta".

Es probable que recibas una de estas tres respuestas. La peor, es evidente, sería la confirmación de que van a despedirte.

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Pero puede ser que recibas buenas noticias: que el departamento se está ampliando o está contratando a gente en la base para poder ascenderte.

La tercera posibilidad es que "la empresa esté ofreciendo el puesto porque han escuchado que tú estás buscando trabajo en otro sitio, o porque creen que tu carga de trabajo es excesiva y que necesitas ayuda".

"Si esa es la respuesta, intenta averiguar si el jefe está diciendo la razón y haz nuevas preguntas sobre las posibilidades que tienes de prosperar en la empresa", explica Brodrick.

"Sea cual sea su respuesta, tómate tiempo para replicar".

Errores de errores

Hay equivocaciones profesionales menos dañinas y hay otras que son casi letales, escribe Liz Ryan, directora ejecutiva y fundadora de Human Workplace.

Los peores errores pueden perseguirte durante algún tiempo o hacer más difícil que avances en tu profesión.

"Saltar sin mirar es el primer error fatal", señala Ryan.

"Muchas personas con talento y posibilidades en el mercado aceptan el primer trabajo que les ofrecen. Piensan que cualquier empleo es mejor que no tener ninguno y se infravaloran mucho durante el proceso".

Tiene sentido, explica: "Por un lado, cuentan con una oferta que no les hace ilusión. Si la aceptan, no tendrán que ir a más entrevistas de trabajo o preocuparse sobre cómo pagar el alquiler".

"Si rechazan la oferta, permanecen abiertos a cualquier cosa que el mundo pueda ofrecerles, pero se quedan en la Tierra de la Indecisión durante un poco más de tiempo. La mayoría de nosotros optamos demasiado rápido por la estabilidad en vez de fluir, aunque esto nos haga daño".

El segundo error letal es dejar que otra persona dirija tu carrera. Esto puede pasar fácilmente cuando estás en una empresa que te gusta, pero los objetivos fijados para ti no tienen sentido o parecen una obligación más antes de la recompensa que tú sientes que ya te mereces.

"El plan de un jefe para ti, por muy bien intencionado que sea, está basado en las necesidades de la empresa, no en las tuyas", dice Ryan. "Si estás malgastando energía en el camino de otro, puedes olvidarte del tuyo propio".

El tercer error es "quemar los puentes". "Cuando estás tan harto de tu trabajo que tienes que dejarlo, hazlo".

Y, recuerda, es probable que no seas tan inocente. "Participaste en crear la energía negativa de la que ahora necesitas tanto escapar. Tienes la responsabilidad de zafarte del lío de forma adulta", dice el experto.

"Excepto si eres víctima de abusos o estás en una situación laboral que no es segura, avisa con dos semanas de antelación. Sonríe, di solo cosas positivas y respira hondo. Si te vas de malas maneras, estás malgastando el valor que ese trabajo añadirá a tu curriculum, y también a tu reputación".

 

El plan de un jefe para ti, por muy bien intencionado que sea, está basado en las necesidades de la empresa, no en las tuyas", Liz Ryan, ejecutiva especialista en RR.HH.