Tras la muerte del diseñador dominicano Óscar de la Renta, el pasado 20 de octubre, el mundo de la moda quedó consternado ante la pérdida de un ícono. Pero muy pocos conocen que entre el famoso creativo y Ecuador hay un nexo familiar muy fuerte.

En 1972, De la Renta junto con su esposa de entonces Francoise Langlade (por aquella época directora de la revista Vogue) fueron padrinos de boda del ecuatoriano Donato Yanuzzelli Nevárez y la dominicana Rosalía Álvarez Renta, su sobrina.

El hijo de ambos, Vidal Yanuzzelli Álvarez, reside actualmente en Manta por trabajo. Este recuerda que sus padres se conocieron a mediados de la década del 60 en la Universidad de Padua en Italia. El esmeraldeño Yannuzzelli fue tras su sueño de ser doctor en economía y comercio, mientras que Álvarez buscaba ser una reconocida diseñadora como su tío.

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“Mi padre me dijo que siempre le gustó la forma de vestir de mi mamá, nunca anduvo desaliñada y eso le impactó. Luego mi madre por un problema de salud tuvo que retornar a República Dominicana y entonces lo llama a mi padre para decirle, bueno Donato yo me regreso a mi país, pero antes quiero casarme contigo, así cuentan”, relató Vidal.

De su tío-abuelo, Vidal comentó que era una persona muy querendona y “súper buena gente”, que no cambió pese a su fama. Los contactos con el diseñador se dieron desde niño como en 1986 cuando por primera vez almorzó en la casa de campo que tenía De la Renta en Connecticut y luego en la juventud cuando se radicó en Oklahoma para estudiar.

Fue precisamente en la época universitaria -en el inicio de la década del 90-, cuando Yanuzzelli tuvo que recurrir a su tío-abuelo para que lo ayudara a reparar su departamento, que fue destruído producto de un incendio. Según Vidal, él dejó un cigarrillo mal apagado en el sitio lo que habría generado el incidente. Por vergüenza, reconoció Yannuzzelli, que no llamó a su madre para indicarle de los daños y los gastos que debía afrontar, ante ello recurrió a su tío Óscar.

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“Yo tenía un amigo ecuatoriano que no sabía que era sobrino-nieto de Óscar de la Renta y yo ya había llamado a mi tío Óscar para que me haga el favor (de ayudarlo a reparar el departamento). Mi tío Óscar llamó a un teléfono cercano al departamento y le contestó mi amigo, entonces mi tío le dijo 'buenas ¿está Vidal por favor?' y mi amigo le pregunta '¿de parte de quien?', a lo que mi tío le responde de Óscar de la Renta. Mi amigo le dice 'anda (...) si tú eres Óscar de la Renta yo soy Superman y le colgó”, recuerda con un poco de humor Vidal.

Yannuzzelli le reclamó a su amigo y le reveló el parentesco. El diseñador le envió luego $ 5.000 para los gastos.

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En el 2006, Vidal retornaba del mundial de Alemania a Estados Unidos para reunirse con su afamado tío-abuelo, pero la cita no se concretó porque justo en esa época le diagnosticaron un cáncer de próstata. Este aseveró que el último contacto que tuvo con De la Renta fue el año anterior cuando le indicó su interés de exportar tagua y paja toquilla para que lo analizara si deseaba incluirlo en sus diseños. Esto tampoco se concretó.

Durante el diálogo con Vidal Yannuzzelli, se tuvo un breve contacto con su madre Rosalía Álvarez, sobrina del diseñador y quien prefirió hablar de su corazón inmenso y menos de su reciente deceso.

“Yo fui sobrina preferida y modelo 4 años, antes que me casara”, explica Álvarez, quien reside en Ballenita junto con su esposo.

Ella con mucho orgullo el instante que su tío adoptó como hijo a un niño, que lo dejaron abandonado en el lugar donde se dejaba la basura en su residencia de descanso en República Dominicana y quien hoy se llama Moisés Oscar.

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El anhelo del diseñador era que sus cenizas fueran esparcidas en Punta Cana en República Dominicana, pero de lo que conocía -aunque no lo confirmó-, era que estas serían esparcidas en Connecticut, Estados Unidos.