Las Mujeres del Muro, organización judía que lucha por lograr la igualdad de derechos entre hombres y mujeres a la hora de rezar en el Muro de las Lamentaciones, logró el viernes colar una minúscula Torá en el espacio reservado a las féminas y realizar un Bat Mitzvah.

Desafiando la regulación del rabinato, las mujeres introdujeron una diminuta edición del libro sagrado del judaísmo, de apenas 28 centímetros, y lo leyeron frente al muro por vez primera en 25 años.

Después, cerca de un centenar de mujeres celebraron el Bat Mitzvah de Shasa Lutt, una adolescente de 12 años procedente de Beersheva, que transmitió al diario local Haaretz su “felicidad por tener un verdadero Bat Mitzvah y no solo una fiesta más”.

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Según el rotativo, esta es la primera vez que una mujer celebra de forma plena esta crucial ceremonia judía de llegada a la madurez en el “kotel” o Muro de las Lamentaciones.

La iniciativa comenzó a primera hora del viernes cuando las mujeres se presentaron con una Torá en la explanada del muro y se les informó de que, según las regulaciones, nadie puede introducir copias particulares en el recinto.

Según las normas, todo el que quiera orar o recitar la Torá en este lugar sagrado debe solicitar uno de los 300 rollos que se guardan en una zona cubierta en el área de los hombres.

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Las mujeres solicitaron la suya, y les fue denegada, por lo que pidieron la intervención del rabino responsable de la Fundación para la Herencia del Muro de las Lamentaciones, Shmuel Rabinowitz, quien no estaba y que se opone a que las mujeres lean allí la Torá.

Las mujeres entraron en la zona exclusivamente femenina y sacaron la pequeña copia de la Torá. Lesley Sachs, directora ejecutiva de esta organización, explicó que la copia utilizada fue sacada de contrabando en 1880 de Lituania y llevada a Sudáfrica antes de que terminara en el Reino Unido, desde donde viajó para esta aventura.