El dibujante argentino Quino recogió este viernes en la ciudad española de Oviedo el Premio Príncipe de Asturias de Comunicación y Humanidades de manos del rey Felipe VI, cuando se cumplen 50 años de la creación de su más famoso personaje, Mafalda.

El humorista gráfico, de 82 años, estrechó la mano del monarca y agradeció con una sonrisa al público desde su silla de ruedas la cerrada ovación que le dedicó en el Teatro Campoamor, donde tuvo lugar la gala.

Desde 2015, los Premios se denominarán Princesa de Asturias, luego de que el rey asumiera en junio y su hija Leonor pasara a ser princesa. La Fundación encargada de organizar la premiación modificó sus estatutos y Felipe VI anunció hoy: "Quedan convocados por primera vez los Premios Princesa de Asturias 2015", según reportó ABC.

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"La obra de Quino nos recuerda a los españoles, y a cualquier persona de cualquier sociedad, la necesidad de guiarnos siempre por los mejores y más sólidos principios y valores y de hacerlo con un sentimiento genuino de profunda humanidad", dijo durante su discurso Felipe VI.

El rey destacó la "mirada aguda e intuitiva" de Mafalda, aquella niña inteligente, contestataria e inconformista que nació de la pluma del humorista gráfico argentino.

"Hijo de padres andaluces exiliados en Argentina, también él ha conocido después el exilio. Con todo ello, ha sabido imbuir a sus personajes de una admirable capacidad para transmitir valores educativos universales, como universal es la admiración y el cariño por sus viñetas y dibujos geniales", expresó el rey.

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Republicano reconocido, Quino dijo hace unos días que la monarquía española aportó mucho a la democracia del país y deseó que los nuevos monarcas, Felipe y Letizia, "lo hagan lo mejor posible" y ayuden a España a salir de la crisis.

Hoy, antes de recibir el premio, se fotografió en Oviedo (norte) con los monarcas y con el resto de los premiados, entre ellos el arquitecto estadounidense Frank Gehry, el escritor irlandés John Banville o la periodista congoleña Caddy Adzuba.

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Joaquín Salvador Lavado "Quino" es el primer dibujante que recibe el Premio Príncipe de Asturias de Comunicación y Humanidades.

"Siempre me he considerado un periodista que dibuja", dijo hace unos días en una rueda de prensa ofrecida en Oviedo.

El dibujante argentino llegó a la ciudad del norte de España el lunes y desde entonces cumplió con una apretada agenda en la que no faltaron encuentros, charlas y homenajes.

Mafalda, su más famoso personaje, conquistó todos los rincones de la ciudad. Tiene ya su propia estatua sobre un banco de un parque, réplica de la que luce desde hace 15 años en el barrio bonaerense de San Telmo, en Argentina.

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La pequeña de melena negra y corta soñaba con "un mundo más digno, justo y respetuoso con los derechos humanos" y así se lo recordó a Quino un grupo del colectivo "Somos Reales", convocante de la protesta convocada hoy ante el Teatro Campoamor de Oviedo.

"Quino, le pedimos que el viernes cruce el cordón policial y venga con nosotros a reclamar una sociedad más justa y democrática", le solicitaron esta semana en una carta abierta en la que le instaban a renunciar al premio.

Con pancartas con lemas como "Mafalda no es princesa, es feminista" y máscaras con el rostro del famoso personaje de Quino, los manifestantes se concentraron el martes a las puertas del teatro donde más de 700 personas rindieron homenaje a Quino y a su personaje.

Coincidiendo con el 50 cumpleaños del "nacimiento" de Mafalda, su creador no ha parado de recoger reconocimientos por todo el mundo.

Quino es uno de los humoristas gráficos más reconocidos internacionalmente y su obra, traducida a decenas de idiomas, invita a la reflexión desde el humor.

Nacido en Mendoza (Argentina) e hijo de emigrantes españoles, creció en una familia antifranquista y anticlerical que de alguna forma influyó en sus tiras cómicas.

En 1954, publicó su primera página en el semanario "Esto es" y, desde entonces, sus viñetas en papel invitaron a reír y reflexionar en los diarios y revistas de América y Europa.

El origen de Mafalda fue un encargo publicitario frustrado. Pero desde su primera aparición en 1964 hasta la última en 1973, el personaje y sus amigos se convirtieron en una crítica al autoritarismo y a la "estupidez humana" y en un retrato de la Argentina de la época.

En 1976 el golpe de Estado de Rafael Videla en Argentina llevó a Quino a exiliarse en Milán. Catorce años después, adoptó la nacionalidad española y desde entonces alternó su residencia también entre Madrid y Buenos Aires.