La muerte de Ben Bradlee, que en sus 26 años al frente de The Washington Post transformó ese diario en un referente con un estilo novedoso de hacer periodismo, recuerda la gran huella que dejó en una profesión que busca cómo adaptarse a una nueva era.

Quienes le conocieron o trabajaron para él, desde sus empleados hasta el secretario de Estado, John Kerry, coinciden hoy en señalar que era una persona comprometida con la verdad, que revolucionó el periodismo, que buscaba los hechos por encima de todas las cosas y que sus subordinados contaban con su respaldo.

"Su legado define el gran periodismo: encontró los hechos y dejó que los hechos contaran la historia, sin importar adónde llevara", señaló Kerry, quien recordó su valentía al sacar a la luz casos como el Watergate, que causó la dimisión del presidente Richard Nixon en 1974, y los Papeles del Pentágono, sobre la guerra de Vietnam.

Publicidad

"Requirió valentía. Expuso la verdad. Salvó vidas. Eso es algo poco habitual actualmente", agregó el secretario Kerry, amigo personal de Bradlee, de quien aseguró que "hizo del periodismo independiente la norma, sin excepción".

La muerte de Bradlee, de 93 años y que sufría alzheimer, se produjo apenas un día después de que Carl Bernstein y Bob Woodward, los reporteros que destaparon el "Watergate", recordaran a su mentor durante una conferencia en el Club Nacional de Prensa en Washington DC, donde le describieron como una persona "única".

En declaraciones al diario Politico, Woodward aseguró que "fue el editor del siglo XX" y su muerte marca el fin de una época.

Publicidad

"Es responsable de grandes cambios en la profesión, en el arte del periodismo, así como en la transformación del Washington Post en el importante periódico que es en el mundo", agregó Berstein.

Colegas y competidores, incluido el New York Times, destacaron la figura del "legendario" Bradlee, recordado por su voz grave y estilo brusco, con los pies encima de la mesa y las palabras malsonantes que le hacían temible en la redacción.

Publicidad

Christiane Amanpour, corresponsal internacional de CNN y finalista al Premio Príncipe de Asturias Comunicación y Humanidades en 2013, recordó que Bradlee se consolidó con el "Watergate" y junto a Woodward y Bernstein, ganadores del Premio Pulitzer, "inspiró a generaciones para entrar en el periodismo".

"Ben se merece todas las palabras que se emplean para describirle: icono, el editor por excelencia", señaló por su parte Jim Lehrer, durante años presentador del programa NewsHour de PBS, que recordó que fue un periodista cuya obsesión era: "consigue la historia, y consíguela bien".

Su muerte ha hecho evocar otros tiempos en los que los grandes periódicos impresos tenían un peso y marcaban la pauta en la agenda política, una época que lleva a reflexionar sobre el periodismo actual, su situación y su futuro.

Richard Benedetto, que fue corresponsal en la Casa Blanca con cuatro presidentes y actualmente profesor en la American University, señaló a Efe que el periodismo ahora está "mucho más fragmentado" con redes sociales como Twitter o Facebook que "convierten el mensaje en algo confuso" y que, a su juicio, dificultan centrarse en la historia importante.

Publicidad

Para Benedetto, eso afecta también a la política, donde en ocasiones las anécdotas "triviales" eclipsan lo "sustancioso" por el deseo de adelantar contenidos en estas redes, que generan "ruido" informativo.

El veterano periodista asegura que ha acabado una época pero no cree que "el periodismo vaya a morir, el periodismo adoptará diferentes formas".

En este sentido, se mostró convencido de que siempre se necesitarán periodistas con "información solida" y con la capacidad de buscar los datos, contrastarlos y explicarlos al público, porque sin profesionales "va a haber mucha desinformación".

No obstante, Benedetto consideró: "todavía estaremos dándole vueltas un tiempo".

Rick Edmonds, analista de medios de comunicación y transformación mediática del Instituto Poynter, dijo a Efe que "no es del todo correcto decir que lo mejor del gran periodismo se ha ido".

Según Edmonds, en la actualidad existen otros diarios que siguen con la línea investigativa del "Post", como el Boston Globe, que destapó los casos de pederastia en la Iglesia católica en Estados Unidos.

"Ese tipo de periodismo está vivo", aseguró el analista que reconoció que el negocio periodístico se ha visto afectado por la crisis económica.

Sin embargo, Edmons, ve "muchas oportunidades" de contar historias de diferentes formas con los nuevos medios, que tienen la "capacidad de llegar a una audiencia mucho mayor".