Como un gran poeta, cuentista, ensayista, novelista, micro y macrorrelator y, por sobre todo, un extraordinario ser humano calificó Ernesto Torres al escritor ecuatoriano Jorge Dávila Vásquez, a quien el pasado viernes se le rindió un homenaje por su trayectoria literaria.

Este acto se realizó en el marco del Festival Ciudad Mínima, que cada año organiza la guayaquileña Adelaida Jaramillo.

Torres, amigo cercano del homenajeado, habló de la bondad y sencillez de este escritor, quien es sobrino del renombrado autor cuencano César Dávila Andrade.

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Previamente, la mentora de Ciudad Mínima realizó la lectura de un poema del libro Personal e intransferible, de Jorge Dávila Vásquez, para dar paso al inicio de la ceremonia.

Quien también intervino esa noche fue el escritor Hans Behr Martínez. Habló sobre su acercamiento con este cuencano y de la riqueza literaria que contienen las 40 obras escritas por Dávila Vásquez.

Behr hizo referencia a la limpieza y brevedad que Dávila Vásquez emplea en sus textos. Alabó la realización de la obra Minimalista, que recoge una serie de textos breves.

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Los tres escritores que participaron en el acto de reconocimiento definieron a Dávila Vásquez como uno de los mayores referentes de la literatura contemporánea, en especial de la micronarrativa.

Las obras de Dávila Vásquez constan en antologías nacionales y extranjeras, con textos traducidos al francés, inglés, alemán, portugués, italiano y hebreo. Casi al finalizar la velada, entre risas y bromas, el homenajeado agradeció la consideración que se le tiene. Recordó anécdotas de su juventud.

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Su intervención fue breve, pero destacó su fascinación por los relatos en los que intervienen personajes fantásticos y fantasmales, a través de los que siempre trata de llevar un mensaje de amor, pureza y agradecimiento.

Detalles
MULTIFACÉTICO.

Labor
Actualmente Jorge Dávila Vásquez es docente universitario. También colabora en revistas impresas y digitales. Además, escribe para El Mercurio de Cuenca, Diario Hoy de Quito y Mundo Diners.

La vida sin la escritura, sin la literatura para mí sería un gran desierto en el que sería quemado por el sol de la desolación.Jorge Dávila Vásquez, escritor