Durante la semana trabaja en un exclusivo salón de belleza del barrio de West Chelsea, en Manhattan, donde sus clientes pagan cientos de dólares por un cambio de peinado.

Pero los domingos Mark Bustos sale a la calle a cortar el pelo gratis a los indigentes de Nueva York.

“Cualquiera puede hacer prácticamente cualquier cosa para retribuir todo lo bueno que tiene y mi manera de hacerlo es con mi pasión: la peluquería”, manifiesta el estilista de 30 años.

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Todo empezó hace dos años, cuando Bustos viajó con su novia, la también estilista LaLa Javier, a Filipinas, de donde proceden las familias de ambos y alquilaron un sillón en una barbería en Pampanga para cortarles el cabello a los niños de escasos recursos.

Después del viaje de hace dos años, Bustos que empezó a cortar el pelo a los 14 años en el garaje de sus padres en Nueva Jersey, decidió replicar la iniciativa en Nueva York.

Además de esta ciudad y Filipinas, ya ha llevado sus cortes a Los Ángeles, Jamaica y Costa Rica.

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El estilista siempre va acompañado de su novia y de su amigo fotógrafo Devin Masga, quien retrata a Bustos cortando el cabello de los indigentes para que después suba las imágenes a Instagram con la etiqueta #BeAwesomeToSomebody (Sé increíble con alguien).

En esa red social Bustos aprovecha para contar las historias de estas personas, a quienes también les ofrece comida, bebida y un kit de higiene.

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Según Bustos, el 80% de los indigentes acepta su oferta. Pese a que dice que su proyecto se basa en el día a día no descarta crear una organización para concienciar a la sociedad en ayudar a los demás.