Por selvas encantadas, mares fríos como el hielo, encuentros con ebrios e incluso por un lavado de pies atravesó Carmelina Ponce, la mañana y tarde del pasado sábado, en la VI Bienal de Arte No Visual, que organizó la Dirección de Acción Social y Educación (DASE) del Municipio de Guayaquil.

“Es una experiencia única, me di cuenta de que no se necesita ver para ser parte de un mundo de fantasías, tengo familia con discapacidad visual, pero esta es la primera vez que puedo comprender la realidad que ellos viven”, dijo la mujer que venía del sur de la urbe.

Como ella, decenas de visitantes asistieron a la última jornada de este encuentro con el arte, que se inauguró el pasado 15 de octubre, a propósito del Día Mundial del Bastón Blanco, instrumento que permite la libre movilidad de las personas con esta capacidad especial.

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El curador de esta bienal que tuvo lugar en el centro de convenciones de la Plaza Rodolfo Baquerizo Moreno, Saidel Brito, refirió que este año la muestra había tenido mucha mayor acogida que en otras ediciones. Hubo cerca de 2.000 visitantes a la exposición, agregó.

El ganador del primer lugar de la bienal fue Carlos Luis Vargas con su trabajo El lustrabotas. El artista llevaba a sus visitantes hasta un pequeño cuarto, los sentaba en una silla de ruedas y procedía a lavarles los pies con una particular delicadeza, mientras dialogaba con ellos.

David Monge logró el segundo premio con Guturales cotidianos. El tercer lugar fue para Juan Carlos Fernández con Teatro callejero. A los ganadores se les otorgó $ 5.000, $ 3.000 y $ 2.000, en su orden. También hubo menciones de honor.