Por Checo Pérez

Estándares del cine clásico, algo de Gypsy Kings y la música popular latinoamericana marcaron el recorrido del Dúo Andaluzia compuesto por Christian Robinson y Carlos Hernández, quienes, tocando guitarra española en la sala Zaruma del Teatro Sánchez Aguilar (TSA), mostraron un nivel decididamente superior.

Dedicaron el concierto (uno de varios) a Paco de Lucía, quien se divertía aplicando su inconfundible estilo flamenquero al cancionero popular latino, y así arrancaron con Caballo viejo que, demás está decir, nunca sonó así. Todo el hamaqueo de cumbia fue reemplazado por un guitarreo templado, improvisado, rápido y la melodía punteada por Carlos, el ritmo charrasqueado por Christian –para luego intercambiar funciones– y finalmente la digitación melódica de ambos.

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Black Orpheus, clásico del cine brasilero, fue un vendaval con Christian haciendo también toques percusivos, con ambos improvisando y luego regresando a la línea melódica, todo en forma intensamente delicada.

Moorea de Gypsy Kings mostró el gran entendimiento del Dúo, con mucho en común y las particularidades de un Carlos Hernández, complejo y delicado, y Christian, impetuoso y percusivo, para redondear una actuación que tenía al público en trance.

Y así llegaron a tocar Mediterranean Sundance, composición original de Paco de Lucía, inspirada en su atracción por la playa y versionada por maestros del jazz universal como John Maclaughlin y Al-Dimeola.

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El ritmo pulsante de Christian se juntó con el punteo rítmico de Carlos para luego intercambiar roles y dejar plasmada una versión dramática y poderosa, provocando una ovación de aplausos, quizá lo más interesante de la noche.

Entre 2 aguas, original también de De Lucía, flamenco puro que le dio fama, los puso a charrasquear a los dos y solo faltaron los bailaores para interpretar la variedad de recursos en guitarra.

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Punteando y digitando, Christian estuvo espectacular, como acostumbra hacia el final de sus recitales.

Spain, del famoso jazzman progresivo de talla universal Chick Corea (quien admiraba a Paco de Lucía), despertó aplausos rítmicos en el público gracias a Jorge Vega, excelente percusionista tocando el cajón y el Dúo ofreció la más audaz y preciosista improvisación antes de invitar a Viviana Gómez para cantar Sombras, maravillando al público presente desde la primera nota y erizando la piel de algunos en la sala Zaruma.