Llamado también de tucumán (o tukumán), es el baile con tejidos de cintas en los que prevalecen los colores del arco iris. Es una derivación de la costumbre que trajeron los españoles, que colocaban en el centro de un círculo un palo con muchas cintas multicolores, amarradas a la parte superior del madero y que desde allí caen y están al alcance de las manos de los danzantes.

Esta atractiva estampa todavía se observa entre los mestizos de las provincias del Azuay, Chimborazo, Cotopaxi y Pichincha durante los festejos del Corpus Christi, Navidad y otras celebraciones.

Las parejas, especialmente de jóvenes, bailan tejiendo y destejiendo el palo al son de sanjuanitos, villancicos o tonos del niño, etcétera. Lo hacen metódicamente, bailando en círculo, dirigiéndose hacia la derecha y entrecruzándose de manera simultánea.

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En otras ocasiones, repitiendo los mismos pasos, tejen una botella de licor, que la sostiene un bailarín en el centro del círculo; asimismo, hacen que un disfrazado de mono, oso o payaso ocupe el lugar del palo o del bailarín que sostenía la botella.

La palabra tucumán, además de servir para designar al baile descrito en forma breve, sirve para referirse a un popular juguete azuayo y a las cintillas de cuero con que se adornan los aparejos de los caballos.