Apenas tardó unos minutos. Millones de personas en el mundo daban clic y compartían enlaces que mostraban fotos privadas de la actriz Jennifer Lawrence, desnuda, y de otras celebridades en situaciones similares. 

La polémica comenzó el domingo 31 de agosto, cuando decenas de imágenes (y luego dos videos sexuales) de un centenar de famosas, y del actor Dave Franco, circularon en la web. Sin embargo, la discusión ha transcendido al plano legal y tecnológico, donde el usuario que "consume" el contenido robado tiene mucho más poder (y tal vez culpa) del que se imagina.

Las fotos fueron robadas a la plataforma iCloud, propiedad de Apple, empresa que junto al FBI aseguran estar investigando el suceso. En tanto, las autoridades ya han advertido de que la distribución de este contenido es ilegal.

Publicidad

Al distribuir fotografías robadas se violan los derechos de privacidad, pues se está compartiendo material obtenido de forma ilícita, explican especialistas en seguridad electrónica citados en diferentes medios internacionales. 

La revista SModa, del medio español El País, expone cinco argumentos para no ver ni mucho menos compartir imágenes robadas a celebridades o cualquier otra persona. 

El 'hackeo' es ilegal 

Publicidad

Hackear es considerado un delito. En Estados Unidos está penado hasta con diez años de cárcel y multa; en España, la pena es de entre dos y cinco años por 'hackeo', más dos o cinco años por subirlo a la red, y quienes difuntan a través de las redes sociales (retuiteando, por ejemplo) pueden ser sentenciados a una pena de entre uno y tres años.

 Se considera una "violación cibernética"

Publicidad

Algunas celebridades consideran que la difusión de sus imágenes privadas, en las cuales aparecen desnudas, son una "violación cibernética".

La actriz y guionista estadounidense Lena Dunham dijo en su cuenta Twitter, con relación al tratamiento mediático que ha recibido el robo de las imágenes privadas: "Apoya a estas mujeres y no veas sus fotos. Recuerda que si lo haces las estarás violando una y otra vez. De verdad, no olvides que las personas que han robado estas imágenes no son hackers, sino delincuentes sexuales".

Su opinión generó una nueva mirada y ola de comentarios al respecto. La periodista Van Badham afirmó en un artículo de opinión que el argumento de algunos usuarios "están ahí y están disponibles" es una actitud "deplorable".

"Se trata de una ofensa sexual en toda regla y debe ser castigada de la misma manera que se condena a los acosadores y otros depredadores sexuales", la cita el suplemento del medio español.

Publicidad

Ataque a la dignidad femenina

No solo se trata de las famosas, desde el punto de vista de Lena Dunham, sino de la dignidad y la privacidad de la condición femenina.

El subeditor del medio The Guardian, Stuart Jeffries, opina que se trabaja muy poco para detener la propagación de la pornografía y el impacto en las relaciones humanas. 

Fomento al enriquecimiento ilícito

El hacker que filtró las imágenes robadas pidió bitcoins a cambio de ofrecer más material, dice la revista SModa. Su petición surtió efecto y ayer (2 de septiembre) subió a internet fotos íntimas de las actrices Aubrey Plaza y Jessica Brown Findlay, de la concursante de American Idol Tenna Torresmo y videos de carácter erótico de la propia Findlay y Jennifer Lawrence.

"Si alguien cree que de esta forma puede obtener dinero fácilmente y que a la gente le interesa, volverá a ocurrir algo parecido", advierte la publicación, y cita a la periodista de CNN Peggy Drexler: "Es ridículo que perdamos el tiempo diciendo a la gente que no saque determinadas fotos. El primer paso para proteger nuestra privacidad no es exigir a Apple que mejore iCloud ni pedir a las mujeres que dejen de retratarse, sino tomar en serio estos delitos y pedir responsabilidades a quienes los cometen. El problema no es la imagen, sino el autor del delito".