Indígenas quichuas, mestizos, afroecuatorianos, etcétera, usan este membranófono, cuyo origen data de hace muchísimo tiempo y se construye de diversos tamaños y materiales, especialmente de madera para nuestro caso que resalta las tradiciones.

El tambor es un instrumento de percusión. A los pequeños los llaman tamboriles, cajas o redoblantes; a los más grandes los bautizaron como tamboras, generalmente construidos con cortezas vegetales o madera retorcida.

Los grandes que usan los indígenas y algunos mestizos también se los llaman bombos.

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Tanto las tamboras como los bombos resultan más pesados y su cuerpo está elaborado de corteza de árbol, y los gruesos parches (superior e inferior) son de cuero de res y venado.

Tienen sus respectivos anillos superiores e inferiores y una cuerda tensora con sus presillas.

Grupos que ejecutan música representativa de localidades y regiones tienen un gran aliado en el tambor para amenizar sus presentaciones en actos, festivales y fiestas populares.