El papa Francisco partió este lunes (domingo en Ecuador) hacia Roma desde Seúl tras finalizar una histórica visita de cinco días en Corea del Sur, en la que hizo un repetido llamamiento a la reconciliación de las dos Coreas.

El pontífice suplicó en Seúl a los coreanos del Norte y del Sur para que se unan en "una familia, un pueblo", al tiempo que maniobras militares conjuntas estadounidense-surcoreanas provocaban un aumento de la tensión en la península.

Pyongyang, que había lanzado misiles al mar cerca de las costas surcoreanas el jueves coincidiendo con la llegada del papa, advirtió que estas maniobras que comenzaron en la jornada podrían llevar a la península "al borde de la guerra". Una retórica que, no obstante, es frecuente por parte del Norte.

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Finalizando una visita triunfal de cinco días, Francisco celebró una misa en la catedral Myeong-dong de Seúl por la reconcilición entre ambas partes de la península coreana, dividida tras la guerra de 1950-1953.

Éste fue unos de los momentos más tocantes y esperados de la primera visita papal a Asia en los últimos 15 años, en un contexto regional tenso.

El avión papal, un Boeing 777 de la compañía Korean Air, despegó de la base aérea de Seongnam (sur de Seúl) a las 13:03 hora local (23:03 del domingo en Ecuador), y tiene previsto llegar a Roma a las 17:45 hora local (10:45 del lunes en Ecuador).

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