A primera vista, la cantante Beyoncé y el exjefe de la Formula 1, Max Mosley, no tienen mucho en común. Pero ellos, así como varias otras celebridades y organizaciones, son víctimas del ‘efecto Streisand’.

El término fue acuñado por Mike Masnick, fundador del sitio web Techdirt, en el 2005, por una demanda que interpuso la cantante Barbra Streisand contra el fotógrafo Kenneth Adelman.

Adelman había documentado la costa de California y en una de las imágenes aparecía la casa de Streisand en la cima de una loma de Malibú. El veredicto no favoreció a la cantante.

Publicidad

No solo eso: según los documentos presentados en la corte, hasta que el caso llegó a los tribunales, la foto que le molestaba a Streisand había sido descargada apenas seis veces.

Gracias a la publicidad que generó el pleito, el sitio que había publicado las imágenes empezó a recibir 420.000 visitas al mes.

La pelea no siempre es por privacidad.

Publicidad

En febrero del 2013, el sitio en internet Buzzfeed publicó una selección de los momentos ‘más feroces’ de Beyoncé, burlándose de las expresiones faciales de la cantante cuando cantó en el Superbowl.

Aparentemente, el publicista de la superestrella contactó a Buzzfeed para pedir que retiraran siete de las fotos “menos favorecedoras”. El sitio respondió publicando precisamente esa selección bajo el título: Las fotos ‘poco favorecedoras’ que el publicista de Beyoncé no quiere que usted vea.

Publicidad

La exposición de esas fotos se multiplicó.

Algo similar ocurrió con la hermana de la duquesa de Cambridge, Pippa Middleton –quien se vendía como una gurú de estilo de vida–, cuyos abogados pidieron retirar una parodia que apareció en Twitter. Los seguidores de dicha parodia aumentaron.

En el 2008, la iglesia de Cienciología supuestamente trató de sacar de varios sitios virtuales un video en el que aparecía el actor Tom Cruise hablando de su fe, que se había filtrado.

La publicidad generada por el intento implicó que fuera compartido más ampliamente.

Publicidad