Aretha Franklin está furiosa con el empleado de mostrador de un restaurante en el estado de Nueva York, quien dijo a la reina del soul que tenía prohibido comer dentro del restaurante los alimentos que acababa de pedir, porque los había pedido para llevar.

Un portavoz de Franklin dijo que el martes pasado, la cantante pidió una hamburguesa para llevar en un restaurante de la cadena Johnny Rockets en Lewiston, cerca de Buffalo, después de protagonizar un concierto con entradas agotadas.

El portavoz dijo que el empleado le gritó a Franklin, diciendo que no podía sentarse a comer, porque ella había pedido la hamburguesa para llevar. Franklin dijo en un comunicado que el trabajador del restaurante se portó "muy grosero, poco profesional y desagradable".

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Una portavoz de Johnny Rockets dijo que el dueño del restaurante bajo franquicia lamenta las acciones de "un empleado nuevo y muy joven".

La vocera dijo que el propietario ya habló con el empleado y que le aclaró cuál es su política de los alimentos para llevar.