Su clima, su gente y su gastronomía son características que hacen de Guayaquil un lugar más que especial para quienes por diferentes motivos ya no viven en esta ciudad.

Con el fin de saber qué es lo que más recuerdan estos ‘embajadores’ de la Perla radicados en otros países, les preguntamos a través de las redes sociales de EL UNIVERSO qué es lo que más se extraña de ella. La comida, la ciudad o la familia destacaron entre las respuestas.

“Soy guayaquileña y vivo en Toronto, Canadá, desde hace once años. Aparte de mi hermosa familia, lo que también extraño es la rica comida que se encuentra en cada esquina, la bulla y alegría de su gente”, contestó Laura Banchón.

Publicidad

Entre los espacios de la urbe más mencionados con cariño por los emigrantes están el Malecón Simón Bolívar, el centro de la ciudad y Las Peñas.

Además muchos, a pesar de tener otros manjares internacionales a su disposición, no pueden olvidar ese sabor del cangrejo, del ‘rico’ encebollado, ni el de un buen bolón. Otros no dejan de lado el tradicional arroz con menestra.

Jenn González, quien reside en Brandon, Florida (EE.UU.), expresó que si bien es interesante conocer otro país, “no hay nada como Guayaquil”.

Publicidad

“Uno extraña todo de nuestra cultura: el calor, sus calles, la gente, hasta los buses urbanos a veces los extraño (...). Y cómo olvidar la comida, el caldo de bola que hace mi mamá, el de salchicha o el encebollado dominguero que venden en cualquier barrio”, añadió González.

Algo que se repite bastante en los mensajes es que esta ciudad puerto se diferencia también por el calor humano de sus habitantes, a los que señalan como amistosos y sonrientes.

Publicidad

La mayoría de guayaquileños escribieron de lugares dispersos y tan alejados como Australia o Malasia, y otros desde Europa, Estados Unidos, Canadá o Chile.

MÁS TESTIMONIOS

Valentina Wonsang
Tengo dos años fuera de Guayaquil y extraño básicamente todo... absolutamente todo, y no es que me digan que cuando uno sale de su ciudad se da cuenta de lo bonita que es. Siempre me he considerado orgullosamente guayaquileña y ecuatoriana. Por motivos de fuerza mayor (mi hija) me tocó venir a vivir a España, un país que no me ha tratado nada mal, pero nada es como Guayaquil. Extraño a mi familia y amigos, sobre todo esos viernes de reunión por ningún motivo con los amigos, de karaoke o vinitos; ahora entiendo por qué los extranjeros dicen que los guayaquileños somos gente muy hospitalaria. Allá la gente siempre abre las puertas a cualquier persona de su casa y le da esa confianza por lo que los extranjeros se enamoran de esa ciudad tan linda... acá la vida es diferente, no existe esa confianza, quizás por la crisis, quizás por los horarios de trabajo, quizás porque la gente no tiene ese 'don' para darse a la gente.

Gabriela Zambrano
Tengo 19 años y vivo en Italia, pero soy de Guayaquil, y les sorprendería saber que recién llevo viviendo aquí desde hace 2 meses, pero créanme cuando les digo que han sido 2 meses difíciles. Lo que más extraño de Guayaquil son mi familia y la gente que me rodeaba. Extraño el hecho de que llegaba un viernes por la noche o un sábado y no podía tener mucho dinero, salvo unos $ 3, pero era suficiente para quedar en vernos con mis amigos en Las Peñas o en el malecón y disfrutar de una cerveza con ellos, o sencillamente irnos a bailar a la Zona Rosa. Era el hecho de pasar un buen rato con las amistades y sin gastar mucho. ¡No dejaré pasar por alto el hecho de que extraño la comida! No solo la gastronomía guayaquileña, sino la ecuatoriana en sí. Poder disfrutar de cangrejadas con la familia o reuniones en casa de algún familiar cercano (...) son cosas que no se cambian por nada.

Publicidad

Tony Rodríguez
Soy guayaquileño de corazón. Tengo 28 años y desde hace 5 que vivo en México. Lo que extraño de Guayaquil es mi familia, mis amigos, mi comida, mi cultura, el calor de la ciudad, la gente y muchas cosas más. Creo que de esta manera he comenzado a valorar y a extrañar las buenas cosas que dejé allá y casi no le di importancia y ahora lo hago. Es difícil al principio, pero luego uno se acostumbra a adaptarse a otras costumbres. Eso sí, quiero recalcar, el encebollado aunque lo hagan aquí en México o en la China, nunca tendrá ese mismo sabor que lo puedes encontrar en la misma Costa de mi querido Ecuador. Espero volver algún día.

Andrea Cevallos Aguirre
Hace 3 años que vivo en San Antonio, Valparaíso, Chile. Lo que más extraño de mi querida tierra es el calor de la gente, la amabilidad, cordialidad ante el extranjero o con los mismos ecuatorianos, la sinceridad, y sobre todo, el empuje y empeño en el trabajo. Es difícil no reconocer que la comida es otro factor, acá nosotros nos reunimos con mis colegas químicos y con algunos doctores guayacos a cocinar y degustar de nuestros deliciosos manjares, escuchar nuestra música y cantar el himno, en fechas cívicas.¡Que viva nuestra bella, soberana e independiente tierra en sus 479 años de fundación!

Marcela Terán
¿Qué extraño de mi ciudad? Casi todo... cosas que ahora me doy cuenta que eran hermosas, solo que por vivirlas todos los días las daba por sentadas. Saber que podía ver a mi familia cuando quería y no cuando tenía. Ir al mercado con mi tía a comprar las frutas y verduras y negociar una rebaja. La comida tradicional y Sweet & Coffee. Caminar por el malecón e ir a la exposición del barrio Las Peñas. No creo que solo se trate de extrañar algo por nostalgia, sino porque uno se da cuenta de que realmente vale la pena, y mi ciudad vale la pena más todavía.

Xavier Torres
Nací y crecí en la sexta etapa de la Alborada de Guayaquil, y ahora estudio en Hampshire College en Amherst, Massachusetts, en los Estados Unidos. Entre todas las cosas que me hacen falta, lo que más extraño de mi ciudad son todas las delicias hechas de verde, las carretillas de comida en las esquinas de la Alborada y La Garzota (con mejores hamburguesas que cualquier McDonald's o Burger King), y los despiadados colectivos, que aunque eran siempre un juego de vida, te llevan a donde sea por $ 0,25. También extraño, por supuesto, la increíble gente guayaquileña que te dice todo directo y sin rodeos, y esos calores riquísimos de la 1 de la tarde.