El romanticismo de las letras de Roberto Carlos encantó a los guayaquileños la fresca noche del pasado miércoles.

En un escenario en el que predominaba el color azul, el cantante de 73 años se desquitó de los casi 30 años que tenía sin venir al país, cantando por alrededor de hora y media.

Esa noche, después de que su telonera, Vanessa Regalado, cantara algunos covers románticos, el reloj apuntaba las 21:19 cuando la banda comenzó a tocar, anticipando la salida de la estrella, que llegó cinco minutos después para ser recibido con un gran aplauso y abrir el recital con el tema Emociones.

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“Buenas noches, qué placer, qué gusto de verlos después de tanto tiempo que no vengo aquí. No sé por qué pasó eso (en referencia a su ausencia)”, indicó el artista, quien lucía un traje blanco y camisa celeste, los típicos colores que viste en sus presentaciones.

Con una sonrisa, una voz bien conservada y un español entrecortado (se ayudó de pantallas para leer ciertas frases y parte de sus letras), continuó con Detalles y Qué será de ti.

El ánimo del público volvió a subir al escuchar la entrada del siguiente tema, uno de los más populares: Cama y mesa, lo que motivó a que muchas personas cantaran.

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Ya para ese momento se podía observar que el paso peatonal, afuera del Centro de Convenciones, estaba lleno de fans que no pudieron ver el show desde una de las localidades y acudieron a ese lugar para escuchar y tratar de ver al brasileño por un momento. Aunque la mayoría de ellos no se quedó hasta el final.

Otra canción que provocó sonrisas y emoción fue Desahogo, en el que Roberto Carlos, antes de finalizarla, les recordó a los hombres presentes que ellos están en el mundo para hacer lo que ellas quieren. “Por mi experiencia, son así que las cosas funcionan”, añadió riendo.

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En Lady Laura el cantante confesó que no le gusta mucho cantarla porque no le provoca alegría, pues ya no tiene a su madre con él, sin embargo, su recuerdo y amor por ella siguen creciendo.

Después cambió de ánimo para ponerse más ‘picante’ y platicar de cómo decidió hablar del sexo en sus canciones y que como resultado de ello escribió Yo te propongo y Cóncavo y convexo, que fueron coreadas por varios de los presentes.

Un gato en la oscuridad también hizo reaccionar a un público no muy animado a lo largo del evento. Esta canción fue una en las que sí se escuchó la voz del público.

Roberto Carlos salió del escenario minutos antes de las 23:00, luego de regalar rosas rojas y blancas a los que se acercaron al escenario. Un par de minutos después volvió y entonó Un millón de amigos. Repitió la acción, acto seguido, para despedirse definitivamente con Amada amante, dejando en sus verdaderos fans un ambiente muy romántico.

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