MARIELA CEVALLOS

La primera parada fue en la comunidad kichwa socioambiental Santa Elena del Cuyabeno, compuesta por 90 familias, la mayoría de estas con tres hijos en edad escolar. Con una cancha de fútbol y una docena de unidades del Milenio inauguradas el año pasado, estos habitantes lo que más anhelan es la energía eléctrica.

Dicen sentirse aislados, desconocen lo que pasa en la ciudad y peor en el mundo. Tienen solo un generador –cuando hay gasolina– y la televisión o la radio se enciende de vez en cuando. Así cuenta una madre kichwa que a fines de junio se benefició de una donación de lámparas y linternas solares de la empresa Energizer.

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Esta empresa incluyó a los kichwas, cofanes y shuares que se asientan en la Reserva de Producción Faunística Cuyabeno, en Sucumbíos, en un plan internacional que desde el año pasado entrega 14 millones de horas luz a comunidades en el mundo, donde no existe cobertura eléctrica.

En Santa Elena, Energizer donó 180 linternas y lámparas, dos por familia. Les explicaron su funcionamiento, la forma de cargar la batería (5 horas), su tecnología (luz led), usos (todo tipo) y duración (5 horas).

Un número similar se entregó a los cofanes de Zábalo y a los shuares de Taicua. En total fueron 640.

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Estas comunidades agradecieron la donación, pero insistieron en la necesidad de tener energía permanente en una zona donde la única luz es la del día.

A estas comunidades beneficiadas les separan entre hora y media y tres horas en canoa por el río Aguarico. Viven de la agricultura, caza, artesanías y algo de turismo. Si bien sus territorios están ubicados en el interior de un área protegida por el Estado, en estos asentamientos las decisiones sobre el manejo y el uso de recursos son discutidas y asumidas por sus miembros, se respeta la autoridad de la comunidad y las normas que rigen su convivencia.

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Por ello, Bercelino Noteno, presidente de la comunidad cofán de Playas de Cuyabeno, relata que para recibir las donaciones primero lo puso a consideración de la comunidad, se votó y se acordó la visita.

Dicen que no pierden la esperanza de contar a largo plazo con energía eléctrica, porque hay una promesa del Gobierno para que su proyecto de dar luz a la selva se inicie en Zábalo.

Afirma Noteno que es bastante largo el tiempo para que la energía eléctrica llegue allá, eso será de acuerdo con el avance del proyecto de explotación del Yasuní, para contar con recursos. Por ello, esta comunidad apoya la explotación del Yasuní. “Decimos que el proceso de explotación petrolera tiene que avanzar, no de forma desesperada, sí de forma pausada. Pero eso, con condiciones”.