Una pantalla de fondo rosa fue el inicio para escuchar “...ella fue la espía de mi corazón” de la canción Yo te amo, tema principal del álbum del mismo nombre, que el cantante argentino Fito Páez interpretó el pasado sábado en Quito y que hizo vibrar las voces de miles de personas, jóvenes y adultos, que acudieron al Ágora de la Casa de la Cultura para escucharlo.

Alborotando sus rizos, luciendo un terno y gafas rosas, Fito cantó junto a su piano Margarita, una emotiva canción dedicada a su hija.

“¡Buenas noches, Quito! ¡Bienvenidos a la rueda mágica!” fueron sus primeras palabras, antes de a mover la sensibilidad del público con La canción del soldado y Rosita Pazos, la que –dijo– cuenta la historia de un hipotético soldado que vuelve de la guerra de las islas Malvinas. “Son historias que forjan nuestras tierras”, comentó.

Publicidad

Para este concierto y gira por Ecuador, el compositor y ganador de cinco Grammy tenía como principal objetivo promocionar su último disco Yo te amo, de once canciones, en el cual dio espacio para hacer música de una carta que le escribió a su coterráneo y amigo Gustavo Cerati, quien lleva casi cuatro años en estado de coma.

El concierto lo dividió en tres partes. La primera, lo contenido en su nuevo disco; la segunda, recordando los años ochenta, y la tercera, entre las azules y moradas luces que alumbraban el escenario, Fito se sacó su chaqueta y empezó a rockear al ritmo de Ciudad de pobres corazones y Circo Beat, entre otras.

Después de casi dos horas de música sin parar, con el Ágora lleno de fanáticos del rock latino, Páez se despidió de Quito.