Poder hacer la comida, desplazarse al trabajo o ir de paseo son actividades que se convierten en una enorme dificultad para quienes padecen fibromialgia y Síndrome de Fatiga Crónica (SFC), cada vez son más los jóvenes que sufren esta enfermedad de la que se desconoce la causa.

Ambas enfermedades conmemoran hoy su Día Mundial y quienes la padecen a veces tardan en ser diagnosticados, pues su carácter reumatológico tiene especial incidencia en mujeres, jóvenes y niños.

Suele aparecer en torno a los 35 años por causas desconocidas y en ocasiones va unida la SFC, entre sus patologías: una mezcla de dolor físico y cansancio permanente que se mantiene durante todo el día, que puede llegar a ser incapacitante.

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Es el caso de Raquel Marcos que a sus 34 años sufre de fatiga crónica y fibromialgia desde hace un año. Siempre vive con dolor y su cansancio es brutal hasta llegar a afectar sus párpados, pero asegura que eso no es lo peor.

"Las limitaciones que tienes en la vida. De querer quedar antes con las amigas y ahora es que no tengo ganas porque no tengo fuerza. Tu vida laboral cambia. En mi caso ahora por ejemplo no estoy trabajando porque no puedo trabajar más de dos o tres horas", contó Marcos.

Según la Organización Mundial de la Salud (OMS) estas enfermedades afectan aproximadamente a un 3% de la población y en su día piden más sensibilización hacia este padecimiento.

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"Lo que más nos llega a afectar es lo cognitivo, el deterioro congnitivo, ese tampoco se ve, de ahí esa desconfianza de cuando dices me encuentro mal, tengo muchos dolores y la desconfianza que hay porque no damos el aspecto de personas enfermas", señaló Paulina Jiménez, presidenta de la Asociación de Fibromialgia y Síndrome de Fátiga Crónica.

Según Lidia Castro, especialista en dolor de la Unidad de Dolor del Hospital Universitario de Móstoles en Madrid, lo más importantes es acompañar a los pacientes pues tiene un "muy alto componente de ansiedad y depresión".

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Es fundamental, como indican los expertos, que estos enfermos ejerciten el cuerpo y la mente, para que sobrelleven mejor el dolor que se ha instalado en ellos de por vida.