Un grupo de investigadores chinos estudian el impacto que tienen las bacterias intestinales en el peso de las personas.

Pruebas con ratones de laboratorio demostraron que existe una asociación entre las bacterias y la obesidad. Los ensayos con personas, sin embargo, apenas están empezando.

En una prueba clínica publicada en la revista Microbiology Ecology, científicos en Shanghái estudiaron a 93 personas obesas que inicialmente tenían un promedio del Índice de Masa Corporal (IMC) de 32.

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Los voluntarios se alimentaban con suplementos que promueven el crecimiento de ciertos tipos de bacterias y que, a la vez, reducen los niveles de otras bacterias en el intestino. Quienes participaron en el estudio perdieron en promedio unos 5 kg en nueve semanas y el 45% que continuó durante 23 semanas perdió unos 6 kilos.

Según el profesor Zhao Liping los altos niveles de bacterias productoras de toxinas en el intestino –como la enterobacteria– pueden causar resistencia a la insulina, lo que significa que la persona no se sentirá llena después de comer un plato de arroz, sino que necesitará más para sentirse satisfecha. Asegura, además, que cambiando esa bacteria se podría activar un gen que hace que el cuerpo queme la grasa.

David Weinkove de la Universidad de Durham, dijo que el estudio era interesante, sin embargo señaló que no demuestra si el cambio de bacterias es lo que causa la pérdida de peso o si solo guarda alguna relación.

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Sir Stephen Bloom del Imperial College de Londres destaca que las personas en China tienen distintas bacterias a quienes habitan en otros lugares, por lo que es difícil de comparar y recomienda “comer menos y hacer más ejercicios”.