El papa Francisco celebró ayer una misa de agradecimiento por la canonización de Juan Pablo II en la iglesia de San Estanislao en Roma y en su homilía destacó que el pontífice polaco nunca perdió la esperanza en los momentos tristes de su vida y de su país.

Francisco acudió a San Estanislao, la iglesia de referencia para los casi 20.000 polacos residentes en Roma y que Juan Pablo II visitó en tres ocasiones durante su pontificado.

En su homilía, Francisco destacó que, como Pedro, “Juan Pablo II fue una verdadera piedra”. “Él siempre vino aquí en diversos momentos de su vida y de la vida de Polonia. En los momentos de tristeza y de abatimiento, cuando todo parecía perdido, él no perdía la esperanza. Él no perdía la esperanza, porque su fe y su esperanza estaban fijos en Dios. Y así era piedra, roca, para esta comunidad”, dijo.

Publicidad

Francisco subrayó que el pueblo polaco ha sido duramente golpeado en su historia, por lo que, agregó, “sabe bien que para entrar en la gloria es necesario pasar a través de la pasión y la cruz”.

“Y no lo saben porque lo han estudiado, sino porque lo han vivido. San Juan Pablo II, como digno hijo de su patria terrena, siguió este camino. Lo siguió de un modo ejemplar, recibiendo de Dios el despojo total. Por esto su carne reposa en la esperanza”, explicó en su sermón.

A los fieles los invitó a seguir el camino de Jesús, pero recordó que Juan Pablo II decía que hay que ser “caminantes, no errantes y que somos peregrinos pero no vagabundos”.

Publicidad

“¡Que san Juan Pablo II nos ayude a ser caminantes resucitados!”, concluyó el papa, que antes de volver al Vaticano tras la misa saludó a un grupo de personas sin hogar que son asistidas por esta parroquia.

Datos
REUNIÓN.

Publicidad

Viaje
Francisco pasó ayer con los polacos afincados en Roma y dijo que está ansioso por su viaje a Polonia, en el 2016.