La elegancia, el estilo y sobre todo la extrema delgadez de la emperatriz Elisabeth de Austria, conocida como Sisi, siguen siendo un atractivo turístico en Viena, donde el museo que recorre su vida expone ahora varios objetos personales, entre ellos un vestido, que nunca habían salido a la luz.

La pieza estrella de esta muestra, con la que el Museo de Sisi celebra sus diez años de vida, es un vestido de dos piezas de gasa azul que en su día lució la emperatriz y que fue descubierto en una caja en el 2012.

La caja con ese tesoro dentro permaneció olvidada durante años en el Palacio de Seisenegg, propiedad del yerno de Sisi, el archiduque de Austria Francisco Salvador, hasta que fue adquirido en el 2012 en una subasta del museo.

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El segundo vestido, hecho en gasa de seda de color hueso con ribetes de tonos pastel, está formado por tres piezas: una falda, una camisola y un corpiño con cuello alto.

La emperatriz llevó ambos vestidos en torno a 1890, después del fallecimiento de su hijo Rodolfo, lo que desmiente el mito de que Elisabeth se sumió a un riguroso luto tras el suicidio del príncipe heredero, en 1889.