Por Checo Pérez

Christian Robinson y Viviana Gómez hicieron un dúo de guitarra clásica española y voz, a veces individual y, sin duda, totalmente diferente. Anunciado como Bolero y baladas, la voz excepcional de Viviana, que viene de estudiar Jazz Perfomance en Nueva York y cantar invitada en un bar afroamericano con escenario y gran suceso en Harlem, convirtió boleros clásicos, baladas, y rumba flamenca en una música soul auténtica como fusión inédita en nuestro medio.

Con la gente que me gusta, de A 2 Velas, arrancó el recital, Christian charrasqueando y luego punteando la guitarra, mientras Viviana ponía a consideración del público un timbre de voz poderoso con el lamento quejunbroso de la negritud norteamericana.

Publicidad

Cómo quieres que te quiera, de Rosario, fue un show de Christian digitando una guitarra españolísima, y Sabor a mí, bolero emblemático, se convirtió en música negra americana con la gran vocalización de Viviana, que provocó aplausos eufóricos de un público que difícilmente aplaude.

Ya en Quisiera ser, Christian empezó a cantar para luego sorprender guitarreando con energía y exactitud una memorable introducción a El toro enamorado de la luna, de Gypsy Kings, que puso de manifiesto la musicalidad excepcional del joven músico, que ofrecía un ritmo animoso y alegre.

Y se fueron al bolero clásico, antiguo, con Viviana gimiendo un lamento de soul para cantar Historia de un amor, en una forma que nunca se le ocurrió a Lucho Gatica en los años 50. Contigo a la distancia, paradigma del bolero clásico, resultó emocionante en ese estilo tan dramático y expresivo, sin embargo My way, de Paul Anka, cantado en español en registros medios, no funcionó.

Publicidad

Bamboleiro, de Gypsy Kings, fue lo mejor de la noche, con Christian derrochando ritmo y energía contagiosa, como también mostrando que puede cantar, y bien.

Sabor, sabor, de Rosario, ofreció una introducción de guitarra melancólica y soñadora, y Lágrimas negras, con ritmo tropical, fue inexplicablemente despachado a la brevedad. A fuego lento, de Rossanna, terminó luciendo la voz de Christian, así como en Route 66 se pegó un scat singing inesperado pero lógico para un artista que a menudo se roba el show.