Nirvana, que marcó tendencias en la moda y la música con su sonido grunge, pero que tuvo una carrera corta debido al suicidio de su líder Kurt Cobain hace 20 años, estuvo a la cabeza de los músicos que ingresaron al Salón de la Fama del Rock and Roll el jueves pasado.

Kiss también entró desafiando a los críticos que nunca los tomaron en cuenta en una clase que incluyó a Peter Gabriel, Oates y la E Street Band de Bruce Springsteen.

Nirvana formó parte del recinto en su primer año de elegibilidad. Su canción Smells like teen Spirit de 1991 se convirtió en un éxito gigantesco que convirtió a su lugar de nacimiento, el norte del Pacífico, en la zona más importante para la escena musical.

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El jueves anterior Joan Jett tomó el lugar de Cobain para cantar en el escenario del Centro Barclays de Brooklyn, acompañada de los otros integrantes originales del trío, Krist Novoselic y Dave Grohl.

La viuda de Cobain, Courtney Love, abrazó a los sobrevivientes de la banda, con quienes había tenido mala relación.

Los cuatro miembros originales de Kiss no actuaron en el Centro Barclays debido a una riña entre Gene Simmons y Paul Stanley y los miembros retirados Ace Frehley y Peter Criss. Pero los cuatro fundadores hicieron la paz y se saludaron mutuamente en sus discursos de aceptación.

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“Malditos sean los críticos”, comentó Simmons. “Este es un momento crucial para nosotros”, dijo el bajista, hoy estrella de programas de realidad.

El teátrico cuarteto se puso maquillaje, escupió sangre, disparó fuegos artificiales desde la guitarra de Frehley y habló sobre su deseo de cantar Rock and Roll All Nite. Ya no estaban de moda, pero Tom Morello, de Rage Against the Machine, señaló que Kiss le inspiró y su show fue el primero al que asistió. Incluso se peleó con unos matones de la escuela que lo ridiculizaron porque le gustaba.