El actor Russell Crowe y los realizadores de la superproducción de Hollywood Noé (Noah) asistieron ayer a la audiencia general del papa Francisco, pero no lograron reunirse con el pontífice.

La película ha sido prohibida en gran parte del mundo musulmán porque representa al profeta, mientras que estadounidenses conservadores se han quejado de que se toma libertades en la representación bíblica del diluvio.

Crowe, actor neozelandés, había presionado fuertemente por una audiencia y el apoyo papal para su filme y la publicidad que una posible foto con el sumo pontífice significaría.

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Había lanzado hace algunas semanas una campaña en Twitter para conseguir que el pontífice viera Noé, de la que advirtió que le ‘fascinará’.

Ayer, el vocero del Vaticano, reverendo Federico Lombardi, dijo que los productores de Noé habían pedido una cita en privado que les fue denegada. Negó noticias aparecidas en la revista estadounidense Variety sobre el posible encuentro entre Crowe y el papa.