¿Qué escondía La Gioconda, cuya enigmática sonrisa fue inmortalizada hace cinco siglos por Leonardo da Vinci? Según un autor estadounidense, la Mona Lisa era en realidad una feminista del siglo XVI que abogaba por la igualdad de género en la Iglesia católica.

Esa es la teoría de un historiador de arte aficionado de Texas, William Varvel, la última de numerosas suposiciones que acompañan la larga existencia de la pintura más famosa del mundo.

La Mona Lisa reivindica, de forma cifrada, los “derechos teológicos de las mujeres”, dijo este exprofesor de matemáticas y autor de La Dama habla: Descubriendo los secretos de la Mona Lisa, que acaba de publicarse en Estados Unidos.

Publicidad

Para Varvel, Lisa del Giocondo –madre de cinco hijos nacidos en una familia aristocrática florentina cuyo marido, un comerciante de telas y sedas, encargó el retrato a Da Vinci– buscaba un mayor papel de la mujer en la Iglesia católica, incluyendo la posibilidad de que las mujeres accedieran al sacerdocio. “La Gioconda puede ser una gran declaración sobre los derechos de las mujeres”, dijo este experto de 53 años, que pasó 12 estudiando la obra.

En 180 páginas, no siempre de lectura fácil, Varvel explica cómo Da Vinci pintó cada uno de los versículos del capítulo final del Libro de Zacarías del Antiguo Testamento. El texto anuncia el advenimiento de la Nueva Jerusalén, símbolo de una sociedad ideal donde se reconocen los derechos de las mujeres, indicó. El autor hace correlaciones entre las descripciones geográficas o simbólicas del texto sagrado y los detalles de la pintura: la carretera, el agua, el puente, los bordados o la posición de la modelo.

Así, sobre el hombro derecho de la Mona Lisa se eleva el Monte Gólgota, a su izquierda se ve el Monte de los Olivos. Las arrugas en su brazo izquierdo son un “yugo”, que alude tanto a los textos religiosos como a la opresión de las mujeres, señaló Varvel. ¿Y la sonrisa? Significa “que ella conocía el secreto de la Nueva Jerusalén”, dijo Varvel.