Envejecer es un proceso inevitable y “comienza casi en el mismo instante en el que nacemos”, asegura Rosa López Mongil, portavoz de la Sociedad Española de Geriatría y Gerontología, en una nota del portal abc.es.

Manuel J. Castillo, catedrático de Fisiología Médica de la Universidad de Granada, recalca que si bien todos envejecemos, los hombres y las mujeres no lo hacen por igual.

Esto, comenta, está marcado por factores como la producción hormonal y la preparación de la mujer para enfrentar sobrecargas específicas, como el embarazo y la lactancia.

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Castillo y otros expertos consultados por abc.es explican cómo envejece la mujer en cada década de su vida.

A los 20 años empieza el declive funcional o la pérdida celular en algunos tejidos que el ojo humano no percibe, según Castillo. Los 30 corresponden a la década de la maternidad, que deja su huella en el abdomen y las mamas, anota Isabel de Benito, cirujana plástica.

El especialista en Medicina Biológica y en Antienvejecimiento Miguel Ángel Peraita expone que a los 40 años se manifiestan “las digestiones pesadas, el cansancio general, la falta de interés por las cosas, los dolores de espalda y articulares, los dolores de cabeza, un sueño deficiente, una piel más seca y afinada, y la pérdida de pelo, de vista y oído”.

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A esto López Mongil añade la pérdida de tono muscular en la zona vaginal a causa de los partos, lo que puede desencadenar en incontinencia urinaria.

En tanto, Castillo suma la menopausia, que puede hacer su aparición en algunas mujeres a la mitad de esta década; y De Benito indica que –a nivel facial– lo hacen las “arruguitas finas y manchas faciales”.

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La década del 50, estéticamente, es la de la flacidez facial y corporal. También disminuye la masa ósea.

A partir de los 60 aparecen enfermedades cardiovasculares y las capacidades adaptativas, cognitivas (mentales) y físicas disminuyen.