La gran idea de Mike Whitehead fue diseñar un mejor sartén de hierro fundido. La gran idea de Stephanie Turenko fue realizar un cortometraje animado sobre su abuela ucraniana. La gran idea de Colin Owen fue fabricar una lámpara para bicicleta difícil de robar.

Muchos de nosotros tenemos ideas como esa, incubadas mientras mirábamos por la ventana o garabateábamos en una servilleta de coctel. Y ahí es donde termina el sueño, frenado por una falta de capital, credibilidad y confianza.

Ya no. El financiamiento colectivo en línea está ayudando a que mejores sartenes de hierro fundido y otras grandes ideas se vuelvan realidad.

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Lo que empezó como un puñado de sitios web que promovían los proyectos consentidos de la gente se ha convertido en cientos de plataformas que sirven como vehículos no solo para recaudar fondos –el récord es 10,2 millones de dólares– sino también para el desarrollo de productos y la investigación de mercado.

Pero tener éxito en el financiamiento colectivo no es tan fácil como estirar la mano y decir que uno necesita el dinero. Demanda estrategia y resistencia, aunque un llamado sincero puede aun superar al competidor más hábil.

“Mucha gente piensa que si publican su proyecto en Kickstarter, el dinero empezará a llegar”, dijo Whitehead, quien usó la popular plataforma de financiamiento colectivo Kickstarter el otoño pasado para recaudar 211.027 dólares. “No es tan fácil como parece”.

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Las campañas de financiamiento colectivo exitosas, la mayoría a menudo de 30 días, requieren varios meses de preparación.

Con la ayuda de un diseñador industrial, Whitehead primero pasó seis meses desarrollando un sartén prototipo en su sótano de Portland, Oregon, para tener algo que mostrar a sus potenciales patrocinadores. Luego pasó otros cuatro meses contactando a amigos y familiares, así como a publicaciones culinarias, de tecnología y de diseño, alertándoles de su próxima campaña en Kickstarter.

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Aunque Kickstarter es al financiamiento colectivo lo que Kleenex es a los pañuelos desechales, hay muchos otros sitios de alto tráfico que realizan funciones similares, como Indiegogo, RocketHub y Crowdtilt. También hay sitios nicho como PubSlush, que atiende a aspirantes a ser autores, y Appbackr, que alberga a desarrolladores de aplicaciones prometedores.

Varían no solo en los tipos de proyectos presentados, sino también en su estructura de tarifas, cobertura geográfica y si se puede retener lo recaudado o se pierde todo si no se alcanza el objetivo de recaudación.

Turenko, que es originaria de Toronto, pero está enseñando Inglés en Eslovaquia, eligió RocketHub para recaudar dinero para su cinta animada. “Se llevan un porcentaje más alto si no se alcanza el objetivo, pero uno conserva lo que recaude”, dijo. Esa es una gran diferencia respecto de Kickstarter, donde se puede perder todo si no se logra el objetivo.

“Yo preferiría quedarme con lo que pudiera reunir”, dijo Turenko. Hasta ahora, ha recaudado 4.066 dólares del objetivo de 7.000 a quince días de que termine la recaudación.

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Con capital privado

También hay un creciente número de sitios web de financiamiento colectivo de capital privado como Crowdfunder y CircleUp, donde los inversionistas pueden comprar acciones en empresas incipientes en vez de solo hacer una donación.

Sin importar la plataforma que usted elija, tenga en mente que las personas no respaldan los proyectos al azar.

“El colectivo es bastante racional y sensible ante los indicios de calidad”, dijo Ethan Mollick, un profesor asistente e investigador del financiamiento colectivo en la Escuela Wharton de la Universidad de Pensilvania.

Muchos en el colectivo son de los primeros en adoptar la nueva tecnología y disfrutan viendo cómo una gran idea se convierte en un producto real que ellos, como primeros patrocinadores, a menudo reciben primero como recompensa por su donación. A las plataformas de financiamiento colectivo no les gusta llamar a esto pedidos previos ya que no hay garantías, pero esencialmente eso es lo que es.

“No presentamos productos que ya estén completos y colocados en algún estante en Iowa envueltos y listos para su envío”, dijo el cofundador de Kickstarter, Yancey Strickler. “Realmente la persona desempeña un papel en algo que está cobrando vida. Conoce a los creadores y ve el proceso desde el principio”.

No sorprendentemente, una presentación clara y concisa de su idea a través de un video, ilustraciones y texto es esencial. Póngase en el lugar de un potencial patrocinador que esté revisando proyectos. Quizá tenga 30 segundos para captar su atención y menos que eso para perderla.

Hay todo un sistema de apoyo de productores de video, editores y otros consultores enlistados en sitios como CrowdCrux si necesita ayuda para una campaña de financiamiento colectivo.

“Un sencillo error ortográfico reduce las posibilidades de éxito en 13%”, dijo Mollick en Wharton. Curiosamente, su investigación también indica que mencionar cuán nerd es usted, y hacer referencias a Star Wars, parece ayudar; un indicio del tipo de personas que recorren los sitios de financiamiento colectivo más populares.

Pero su audiencia también son capitalistas aventureros, que ven una campaña de financiamiento colectivo exitosa como prueba de que su gran idea es viable y digna de su atención. Owen dijo que no consideró iniciar una campaña de financiamiento colectivo para sus luces de bicicleta resistentes al robo hasta que un capitalista aventurero le dijo que no consideraría invertir hasta que lo hiciera.

“Sentía que el financiamiento colectivo era como llevar a cabo una venta de pasteles para financiar tu compañía”, dijo Owen, que vive en San Francisco y recaudó 66.386 dólares en Kickstarter en noviembre. “De lo que me di cuenta fue de que no era tanto por el dinero, sino por la validación”.

Con la credibilidad que conlleva el apoyo colectivo, pudo recibir un préstamo  de Small Business Administration para pagar la primera ronda de producción de sus luces, que se les prometieron a 500 personas en Kickstarter  a cambio de su apoyo financiero. Además, los capitalistas aventureros ahora están tocando a su puerta en vez de que sea al revés.

Como lo que buscaba demostrar era la demanda más que encontrar dinero, el objetivo de financiamiento colectivo de 45.000 dólares de Owen se basó en lo que proyectos similares pudieron recaudar en vez de lo que realmente necesitaba para hacer su producto.

Rachel Gant y Andew Deming, por otra parte, pidieron al colectivo 20.000 dólares porque esa era precisamente la cantidad requerida para manufacturar su gran idea: bolsos de tela que al abrirse se convierten en mantas para picnic. Recaudaron 25.765 dólares en Kickstarter y ahora, dos meses después, están enviando bolsos a sus patrocinadores como lo prometieron.

“No acudimos a un banco porque decidimos que queríamos crear una comunidad en torno a nuestra nueva compañía para que la gente se interesara más e invirtiera”, dijo Gant, que vive en San Francisco. “También fue una especie de investigación para ver cómo la gente reaccionaría al producto”.

Nuevas oportunidades

Dijo que recibió sugerencias de colores y también aprendió que el producto atraía particularmente a madres con niños pequeños que podían usarlo como bolsa para juguetes y tapete de juegos.

“Nunca habríamos pensado eso porque no somos padres”, dijo. “Si uno simplemente recibe dinero de un banco no tendría ese tipo de interacción con la gente”.
Los expertos del financiamiento colectivo y los veteranos del proceso coinciden en que ese involucramiento con potenciales patrocinadores, junto con una clara visión y creencia sincera en un producto, son característicos de las campañas exitosas. Pero más que nada, su gran idea tiene que ser una buena idea.

“Si uno no tiene una buena idea, incluso la campaña de financiamiento colectivo más hábil no despegará”, dijo Whitehead, quien se describe como emprendedor en serie y actualmente está supervisando la manufactura de las 1.550 sartenes que vendió anticipadamente en Kickstarter. “Uno puede acudir a clases de mercadotecnia, puede obtener una maestría en administración, pero haga una propuesta al colectivo y aprenderá la física del emprendimiento muy rápidamente”.